Cartas al Director

El adiós de un delfín

SEÑOR DIRECTOR:

Pablo Zenteno Muñoz (PC) abandonó la Dirección del Trabajo en busca de un escaño en la Cámara de Diputados, dejando tras de sí un escenario devastador. Durante más de tres años estuvo al mando de esta institución y en ellos no sólo incumplió la misión fundamental del servicio, “garantizar el respeto de los derechos laborales y contribuir al desarrollo de relaciones armoniosas entre empleadores y trabajadores”, sino que dejó una Dirección del Trabajo sumida en la desesperanza.

Exhibiendo una alarmante parcialidad, privilegiando vínculos políticos por sobre el mérito, la idoneidad y la transparencia. En este tiempo contrató hasta el último día -sin procesos claros ni criterios técnicos- a numerosos miembros de su partido.

La DT hoy es una institución fracturada, con funcionarios y funcionarias sobrecargados, enfrentando niveles insostenibles de trabajo y sumidos en un clima de temor e incertidumbre.

La gestión de Zenteno se caracterizó por la indiferencia hacia las condiciones laborales internas, la falta de diálogo efectivo y el abandono de los principios que debieran regir una entidad encargada de velar por la justicia laboral.

Su partida, lejos de cerrar un ciclo, abre una herida profunda en el corazón de la Dirección del Trabajo. Hoy, quienes permanecen en ella lo hacen con la convicción de que el respeto por los derechos laborales debe comenzar por casa, una convicción que, lamentablemente, nunca encontró eco en su administración.

Verónica Morales, Paola Neira, Urbano Olivo y Christian Figueroa

Dirigentes Asociación Nacional de Funcionarios del Trabajo de Chile

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