SEÑOR DIRECTOR:

Con profundo pesar hemos conocido el trágico asesinato de una mujer venezolana a manos de un ciudadano chileno, ocurrido en medio de tensiones culturales relacionadas con el volumen de la música. Este hecho luctuoso pone en evidencia una problemática que ha ido gestándose durante muchos años.

En 2015, cuando ocupé la jefatura de la unidad de migración e inclusión social en el Ministerio de Desarrollo Social, elaboramos, a partir de mi experiencia en la temática migratoria e intercultural, un trabajo de diálogo entre personas de distintas nacionalidades en cinco comunas de la RM con importante presencia migrante.

Durante ese año, personas de diferentes nacionalidades participaron en conversaciones fundamentadas y respetuosas, con el objetivo de discutir sus diferencias y buscar acuerdos para una convivencia armoniosa. Entre los principales problemas identificados estaban el uso del espacio público y el volumen excesivo de la música en horarios nocturnos.

El diagnóstico fue claro. Sin embargo, a pesar de toda la evidencia que respaldaba la importancia de continuar con estas iniciativas de diálogo, el entonces ministro Marcos Barraza decidió no perseverar en ellas.

La falta de visión de Estado respecto a un fenómeno poblacional emergente es una de las razones por las cuales hoy en día se observan cada vez más desencuentros y episodios de violencia entre las distintas comunidades.

La coalición que asuma el gobierno en el próximo período presidencial debe entender que los más de 2 millones de extranjeros que residen en Chile forman parte de nuestra sociedad. Es fundamental diseñar políticas sólidas de cohesión social, basadas en nuestra identidad nacional y en el reconocimiento de los aportes culturales de quienes han llegado desde otras latitudes buscando una mejor vida.

Lorenzo Agar Corbinos

Doctor en Sociología