Sección: Paula
Los recientes hechos noticiosos derivados del caso de Ernesto Lejderman, el hijo de ejecutados políticos que en 1973, a los dos años de edad, presenció la muerte de sus padres y luego fue entregado por el entonces teniente Juan Emilio Cheyre a un convento, ha despertado preguntas. ¿Hubo más niños víctimas directas o indirectas de violencia política en esos años? ¿Qué pasó con ellos? La Comisión Valech acreditó que 2.200 menores sufrieron prisión o tortura durante la dictadura. Tres de esos niños, que hoy son adultos, hablan por primera vez en la prensa sobre las secuelas de esa vivencia.
Sobre el recuerdo de una once invernal en Renca con chaleco de lana, pantalón de cotelé y completera al lado de una estufa a parafina habla el arquitecto Nicolás Valencia.