Culto

Graciela Fernández, el olvidado y misterioso primer amor que marcó la vida de Chespirito

Este jueves 5 debutó en Max Chespirito: Sin Querer Queriendo, la serie autobiográfica que retrata la vida del comediante mexicano. Ahí aparece su primera esposa, quien cumplió un rol esencial en sus años formativos.

Graciela Fernández, el olvidado y discreto primer amor que marcó la vida de Chespirito

El destino de todo ícono popular no se reduce sólo a su propia vida y sus circunstancias; también es el relato de las existencias de quienes lo rodearon, los que ayudaron a empujar su leyenda, quienes formaron parte de sus relaciones más estrechas o de sus enfrentamientos más ásperos.

En parte, de esa forma se plantea Chespirito: sin querer queriendo, la esperada serie biográfica que debutó este jueves 5 en la plataforma Max y que aborda la vida de Roberto Gómez Bolaños, uno de los comediantes más trascendentes de habla hispana.

La producción viaja entre distintas épocas, desde sus inicios como publicista y guionista en los años 50, cuando ya demostraba su agudo sentido del humor, hasta la consagración de una de sus máximas creaciones, El Chavo del 8, ya en los años 70.

En el medio, se muestra a un actor no sólo agobiado por la fama fulminante que lo acorraló, sino que también a un hombre complicado por sus relaciones personales y sus mundos privados.

Quién fue la primera esposa de Chespirito

Ahí cumple un rol fundamental su primera esposa y su primer gran amor, Graciela Fernández, una ciudadana argentina con la que contrajo matrimonio en 1956, mucho antes de la popularidad explosiva y cuando Chespirito se empinaba por los 27 años.

Se conocieron cuando ella tenía 15 años y él 22. A pesar de la diferencia de edad, iniciaron una relación que se formalizó en matrimonio y se mantuvo por casi tres décadas.

Según muestra la producción de Max, Fernández -a quien cariñosamente llamaban “Chela”- fue una figura clave en los primeros pasos del actor en el medio artístico: su apoyo y confianza fueron determinantes para que él se enfocara en la pantalla chica y en el humor, y para que tuviera la seguridad de que ese sería el camino a seguir.

En ese ejercicio, Fernández siempre decidió mantener un bajo perfil y no exponerse de manera pública, a diferencia de lo que de forma paulatina sucedía con Gómez Bolaños, cada vez más convertido en estrella.

Según testimonios compartidos en el programa Historias Engarzadas, Chespirito “estaba en busca de una novia formal” y encontró en Graciela “una joven muy mona, muy guapa”. Además, le gustaba que estuviera alejada de los focos y del mundo del espectáculo.

Sin embargo, el matrimonio se fue desgastando a medida que también crecía el arrastre del actor. En su libro biográfico Sin querer queriendo, Chespirito admitE que la conexión con su esposa se fue deteriorando, mientras que se fortalecía sus vínculos con una compañera de elenco de la vecindad de El Chavo del 8: estaba cada vez más flechado de Florinda Meza. La producción televisiva también aborda esa disyuntiva.

El matrimonio con Fernández terminó oficialmente en 1989, después de años de especulaciones sobre la relación del comediante con Meza. Aunque la separación generó atención mediática, la argentina optó por mantenerse al margen, sin ofrecer declaraciones públicas, y resguardando su vida personal y la de sus hijos fuera del huracán.

"Chespirito" y Florinda Meza juntos durante su juventud.

Su vida posterior

Finalmente falleció el 26 de agosto de 2013. La noticia de su deceso fue compartida por sus hijos, quienes se mantuvieron cercanos a ella a lo largo del tiempo, incluso después de la separación de sus padres.

Con Gómez Bolaños tuvo seis hijos: Roberto, Graciela, Marcela, Paulina, Teresa y Cecilia Gómez Fernández. Precisamente los guionistas de Sin querer queriendo son Roberto y Paulina, lo que ha despertado ciertas sospechas sobre si el proyecto abordará el costado también polémico de la vida del actor, o si más bien será condescendiente.

En la serie, la actriz Paulina Dávila encarna a Fernández.

Florinda Meza, en una entrevista ya en su adultez y casada con Gómez Bolaños, mencionó que llegó a reprocharle su actitud hacia Graciela -las infidelidades- y reconoció que ella “era una gran mujer”. En el homenaje televisivo, amigos cercanos aseguraron que el comediante veía a Graciela casi como una hija, lo que también pudo reflejar una dinámica desigual en la relación.

Como fuere, siempre fue una figura misteriosa en su vida y de la que nunca se supo demasiado. Ni siquiera tras su divorcio, ya que ella nunca habló ni profundizó en torno a las razones, ni tampoco rentabilizó su relación pasada con Chespirito.

Una suerte de amor olvidado que ahora tiene nueva vida gracias a la serie de Max.

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