42 kilómetros en Berlín
El domingo recién pasado se realizó el Maratón de Berlín, la cuarta más grande del año, tras la de Tokio, Boston y Londres. Eso sí, falta que aún se realice la de Chicago (12 oct.) y Nueva York (2 nov.). Tuve la suerte de poder asistir por primera vez en mi vida a este maratón y me llevé una sorpresa tremenda, ya que superó mis expectativas en un 300%.
Después de un viaje de unas 20 horas -debido a tres escalas en tres aeropuertos distintos- llego y me llevo la primera sorpresa del viaje: Berlín es claramente una ciudad que sí o sí hay que visitar. El orden, la amabilidad de su gente, un transporte público que funciona perfecto (en todo el amplio sentido de la palabra). Eso sí, lo mejor, bajo mi punto de vista, es que es una ciudad que aprovecha su casi nula altimetría para que los berlineses usen la bicicleta como medio de transporte: todo está preparado y hecho para que así suceda. ¡Es genial!
Fui a esta maratón junto a diez alumnos de mi team y nos programamos para retirar el kit de competencia el día sábado 28 en la mañana. Nos juntamos en el antiguo aeropuerto berlinés de Tempelhof -con una arquitectura clara de la época Nazi- en donde los 50 mil participantes de la Maratón retiran su número. Y de nuevo: todo ordenado, bien señalizado y lo mejor, ¡cero filas! Todo fluía perfecto en solo tres antiguos hangares del aeropuerto que estaban dispuestos para este evento (¡imaginen el tamaño de la Expo Maratón!). Luego, una vez retirado el número de competencia y el resto del kit, fuimos a recorrer la Expo Maraton, donde estaban prácticamente todas las marcas de zapatillas, vestimenta y accesorios (deben ser unos tres mil metros cuadrados de feria). Después, tarde de descanso y, por la noche, a visitar una de las tantas trattorías de Berlín para comer pasta.
Salimos de nuestro hotel con destino a la Puerta de Brandeburgo y, obviamente, usando el transporte público. ¡Ahí recién te das cuenta que somos 50 mil corredores! Todos en el metro con zapatillas de running. Luego, nos reunimos en la entrada principal y nos fuimos ubicando en alguna de las tres partidas (existen partidas diferidas por tiempos objetivos). Y, al igual que todo en Berlín, en este maratón éramos 50 mil personas; todas ordenadas, sin colapsos y fluyendo en forma óptima. Yo parto en la última salida, ya que acompañaría a dos de mis alumnos que corrían por primera vez un maratón. Dan la salida nuestra y de ahí en adelante fue todo una fiesta, es un maratón muy ordenado, aunque en algunos tramos las calles son un poco angostas, pero son las menos. Los puestos de abastecimiento eran muy grandes y habían en los dos lados de la calle. Eran de unos 100 metros de largo (así es imposible que se produzcan atochamientos). También había mucha gente en las calles alentando a los corredores (nunca como en NY, pero igual eran varios) y los bomberos usaban sus carros para poner cortinas de agua para quienes quisieran refrescarse (este año hizo mucho calor).
Al final, la meta se cruza por la Puerta de Brandeburgo, que es en definitiva la guinda de la torta. Es emocionante, increíble. Aunque seas el más rudo, igual te hace llorar. Cruce de meta y nuevamente te das cuenta de por qué este es unos de los mayor mejor evaluados; todo es ordenado. Luego recibes tu medalla, vas al área de comidas y también existen duchas y camarines gigantes por si quieres volver a tu casa u hotel duchado, o recibir masajes, etc. La evacuación, al igual que la entrada, es expedita y ordenada . Eso sí, obviamente recibes un refrescante vaso de cerveza sin alcohol de parte de uno de los sponsors de la Maratón.
Como conclusión, Berlín es un maratón muy ordenado donde todo fluye,. Si bien es el maratón mas plano (por esa razón se hace el récord del mundo casi siempre ahí) no significa que sea 100% plana, ya que tiene algunas pequeñas subidas y bajadas: 100% altimetría cero no es.
Si quieren ir este 2015, tomen en cuenta que desde el año pasado la inscripción es por rifa; es decir, deben inscribirse en la página web oficial (www.bmwberlinmarathon.com), pagar y
luego entrar en un sorteo que se realiza en dos tandas (de hecho, yo quede en la segunda). Tomar en cuenta que el viaje más corto a Berlín se demora 17 horas, dato no menor si pretenden ir a bajar sus tiempos, ya que las 17 o 20 horas de viaje se notan en la carrera. Si pueden, hagan el esfuerzo y vayan, quédense unos días en Berlín (no se arrepentirán) y lo mejor es que en esta fecha el clima es excelente para hacer vida de berlinés: usar los parques públicos para tomar sol y disfrutar, además de que tienen uno de las maratones más emocionantes del circuito mundial.
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