A 25 años de Chernobyl, expertos no logran consenso sobre el impacto del accidente en la salud
<P>La prestigiosa revista médica The Lancet asegura que no existe claridad sobre el número de personas que se vieron afectadas.</P>
El 26 de abril de 1986, a las 01.23, un error de manipulación durante unas pruebas provocó la explosión del reactor 4 de la central ucraniana de Chernobyl. Emisiones radiactivas equivalentes a unas 200 bombas de Hiroshima contaminaron no sólo esa ex república soviética, sino también parte de Europa Oriental. Al cumplirse hoy 25 años del peor accidente nuclear en la historia y justo en momentos en que se debate el uso de la energía atómica a raíz de la crisis originada en la planta japonesa de Fukushima, la prestigiosa revista médica británica The Lancet destaca la poca claridad que aún existe sobre los efectos que tuvo la crisis de Chernobyl sobre la salud.
En su última edición, la revista dedica su editorial a la crisis nuclear en Japón. Y si bien admite que "el mayor riesgo a largo plazo después de la exposición a la radiación es el cáncer", también destaca los "mensajes mezclados" que significaron las distintas evaluaciones sobre la gravedad del accidente en Fukushima. Así, la publicación recuerda que inicialmente la agencia de seguridad nuclear japonesa calificó el accidente en el nivel 5 (en una escala internacional de 1 a 7). Sin embargo, el 12 de abril los funcionarios nipones elevaron su recomendación a nivel 7, lo que significa un "gran evento" con "consecuencias más amplias".
"Una respuesta pública confusa quizás no sea sorprendente, en vista de las comparaciones que se realizan para Chernobyl", sostiene The Lancet. En ese sentido, la publicación asegura que "se ha logrado poco consenso sobre los efectos que se estima tuvo el accidente de Chernobyl en la salud".
"Un informe de 2008 del Comité Científico de Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear) llegó a la conclusión de que más de 6.000 casos de cáncer de tiroides en jóvenes podrían estar vinculados a Chernobyl, pero que las pruebas no eran concluyentes para otros tipos de cáncer, mientras que Greenpeace reclama que 93 mil casos de cáncer fueron eventualmente causados (por este accidente)", señala la editorial de la revista.
Sin evidencias fuertes
En otro artículo publicado en The Lancet, Kirsten B. Moysich, profesora de oncología del Instituto del Cáncer Roswell Park, de Buffalo, Nueva York, recuerda que después del accidente de Chernobyl, muchos artículos científicos informaron de las consecuencias cancerígenas del evento.
"Nosotros participamos en la redacción del primer informe de la ONU sobre los efectos del accidente... y llegamos a la conclusión de que, con excepción del cáncer de tiroides en los jóvenes, no hubo una fuerte evidencia para sugerir que la excesiva incidencia de cáncer fuera sustancial como consecuencia del accidente", escribe Moysich. "Varios investigadores han compartido esta conclusión", agrega.
Y The Lancet agrega otro factor a considerar en Fukushima a la luz de lo acontecido en Chernobyl. "Un aspecto a menudo pasado por alto en un desastre nuclear es la carga sicológica sobre los afectados. En 1991, un estudio de la Agencia Internacional de Energía Atómica concluyó que los efectos sicológicos del desastre de Chernobyl eran desproporcionadamente grandes en comparación con el riesgo biológico", señala la revista.
"Según el informe del Foro de la ONU sobre Chernobyl, el mayor efecto del accidente para la salud pública estuvo en la salud mental, un efecto agravado por la escasa información sobre riesgos de salud asociados con la exposición a la radiación", agrega.
Los líderes de Ucrania y Rusia, junto a Bielorrusia, los países más afectados por el accidente en la central de Chernobyl, visitarán hoy la planta con ocasión del vigésimo quinto aniversario de la mayor catástrofe en la historia atómica.
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