A 61 años del "Maracanazo", siguen matando anfitriones
<P>Uruguay se metió entre los cuatro mejores de la Copa al eliminar en penales a Argentina, en el "Cementerio de los Elefantes". </P>
Los hinchas, en las tribunas del estadio Brigadier General Estanislao López de Santa Fe, se tomaban la cabeza y pensaban que lo peor se aproximaba para la selección argentina: cuando apenas iban cinco minutos, Diego Pérez ponía en ventaja a Uruguay, al recoger un rebote del arquero Sergio Romero.
Fue el temprano aviso de que sería una noche nefasta en el "Cementerio de Elefantes", el estadio que ganó tal nombre por ver caer ahí al mejor Santos y al mejor Peñarol de la historia, aparte de todos los grandes del balompié transandino.
Y había, incluso, razones que superaban esa tradición para tal nerviosimo: los hinchas sabían que Argentina había tenido una mediocre actuación en la fase grupal.
Con un juego muy recio y comprometido con la causa de llegar a las semifinales por parte de ambos, los locales se empecinaron en encontrar el empate, guiados por Lionel Messi, quien alargó el buen partido que hizo ante Costa Rica, al cerrar el Grupo A. Todo, en medio de, al menos, las seis infracciones que sufrió en los primeros 45 minutos.
Fue así que la "Albiceleste" alcanzó el empate. En una gran jugada, el astro del Barcelona envió un centro preciso a la cabeza de Gonzalo Higuaín, quien conectó para igualar el marcador (18').
Esa acción reavivó al público y le dio algo más de seguridad al cuadro anfitrión. Eso sí, a los 35' le anularon un gol a Martín Cáceres, lo que hizo retornar la tensión a los hinchas argentinos.
El juego violento y los roces se terminaron cuando, a los 38', el paraguayo Carlos Amarilla expulsó a Diego Pérez, por doble amonestación. Ahí, la escuadra oriental tuvo que extremar recursos y comenzar a ahorrar fuerzas para aguantar el empate en el segundo tiempo y forzar así el eventual alargue.
Sin embargo, eso no significó que dejara de tener chances. En los 45', el defensor Diego Lugano estrelló un cabezazo en el travesaño, tras una pelota detenida, arma que mantuvo sufriendo todo el duelo a Argentina.
Un nuevo "Maracanazo"
La segunda mitad, al contrario de lo que se pudo haber pensado luego de la expulsión del "Ruso" Pérez, fue mucho más pareja y los uruguayos neutralizaron la ofensiva local. Eso sí, las mejores oportunidades las tuvieron los albicelestes. Así, por ejemplo, el inspirado arquero Fernando Muslera contuvo, a los 78', un remate a quemarropa de Higuaín.
Y a los 90', Carlos Tevez pateó un tiro libre al centro del área, que rebotó en un defensor celeste y, con Muslera completamente jugado hacia la derecha, logró pincharla con el pie. Y en la reacción volvió a tapar un intento a bocajarro del "Pipita". De vuelta, Alvaro Pereira casi lo gana para Uruguay, pero falló el cabezazo. Así, el tiempo regular bordeó el infarto.
El alargue no podía ser de otra manera. Evidentemente afectadas por el desgaste físico, ambas escuadras, pero principalmente Argentina, luchaban con el resto de sus energías para no quedar fuera de la Copa. Los orientales, habituados a estas instancias, aguantaban los embates. De este modo, la incertidumbre se extendió hasta los penales. En esa instancia, Carlos Tevez erró y dejó fuera de su propia fiesta a los argentinos.
Anoche, Uruguay volvió a teñirse de gloria, como en el Maracaná, hace 61 años (exactamente el 16 de julio de 1950). Con su rendimiento, además, la escuadra de Oscar Washington Tabárez ratificó por qué fue cuarta en Sudáfrica 2010, por qué es la principal candidata a ganar el torneo y, sin duda, por qué clasificará a Brasil 2014. Allá, por cierto, escribió la página que ayer confirmó sobre el pasto santafesino.
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