A su imagen y semejanza

<P><span style="text-transform:uppercase">[vida partidaria]</span> No sólo fundó, sino que ocupó los cargos más relevantes de la Democracia Cristiana. A través de ellos forjó el liderazgo más importante en la historia de la colectividad. </P>




n noviembre de 2015 ya había dejado de hacer apariciones públicas. Llevaba cuatro meses casi sin salir de su casa, pero esta vez, la ocasión lo ameritaba. El miércoles 11 falleció Gutenberg Martínez Klein, padre del influyente dirigente demócratacristiano del mismo nombre, y el ex Presidente Patricio Aylwin asistió a las ceremonias con que lo despidieron.

No fue un acto protocolar. Por el contrario, tenía que ver con un estrecho lazo entre su familia y la del matrimonio Martínez-Alvear.

Cuando Aylwin ascendió el cerro San Cristóbal, luego de ganar la elección presidencial, lo acompañaron sus nietos y los hijos de la pareja.

El acercamiento entre ambos comenzó tres décadas antes, cuando "el Gute", Jorge Pizarro, Manuel Antonio Matta e Isabel Aylwin -hija del ex Mandatario y desde entonces pareja de Matta-, coincidieron en los centros de estudiantes de la Universidad de Chile. En paralelo, en la Juventud DC surgían los "guatones", corriente bautizada en alusión a Martínez y que con el tiempo se llamó, en algunas ocasiones, "gutismo", y en otras, "aylwinismo". En ella confluían, entre otros, el mismo Pizarro, Juan Carlos Latorre, y la actual esposa de Martínez, Soledad Alvear.

Los cuatro serían, años después, presidentes de la DC, y se establecerían como algunos de los principales dirigentes de la colectividad hasta la actualidad.

Su rol histórico y lo que significó para la DC, en todo caso, consolidaron su liderazgo más allá de las corrientes internas. Cuando en 2001 la mesa de Ricardo Hormazábal no inscribió a los candidatos parlamentarios del partido, fue precisamente Aylwin el que asumió tras su renuncia. Y para los "Príncipes" -una corriente posterior en la que se situaron dirigentes como el ex timonel Ignacio Walker-, el ex Mandatario es también uno de los principales referentes. De hecho, dos de las últimas actividades sociales del ex Presidente, en 2015, tuvieron que ver con ellos. En julio asistió al lanzamiento del libro "La DC que queremos, el Chile que soñamos", de Ignacio Walker, y en agosto, a la conmemoración del acuerdo nacional, donde el anfitrión fue Patricio Walker.

Los "guatones" coincidían con Aylwin en cuanto a la manera de enfrentar al régimen militar. Contrarios a la vía violenta que planteaba el Partido Comunista, e incubando la idea de utilizar la propia constitución de Pinochet para derrocarlo, decidieron pedirle a Aylwin, entonces timonel de la Democracia Cristiana, ser el candidato presidencial del partido.

Cuentan que se mostró reticente a competir, asegurando que ya no estaba "en edad". En ese momento, el ex Mandatario estaba en sus 60.

El otro candidato probable era Gabriel Valdés. Representaba a la DC más izquierdista, y para muchos fue el verdadero detractor de Pinochet. El que lo combatió desde la calle.

Patricio Aylwin respetaba a Valdés, pero creía -y decía- que su "imagen de izquierdista" generaba mucho rechazo en los sectores medios y entre los uniformados, por lo que comprometía el triunfo de la oposición. Creía que compitiendo con candidato moderado de derecha podría perder.

Aylwin terminó por aceptar. A nivel interno, Martínez se integró a su mesa directiva -como secretario nacional-, junto a Narciso Irureta y Edgardo Boeninger. En los tres pisos de oficinas que tenía el partido en Carmen 8, delineaban lo que más adelante sería la transición. En el mismo lugar que dio nombre al "Carmengate", una de las máximas pruebas de lealtad entre Martínez y Aylwin, y a la vez, uno de los momentos de su vida que el ex Presidente, según su círculo íntimo, nunca dio por superado.

El recordado escándalo político ocurrió el 27 de noviembre de 1988, cinco días después de que la Junta Nacional de la DC definiera la fecha de las primarias internas en que se definiría al abanderado presidencial de la DC, que por decisión de la Concertación, sería el que competiría en las elecciones del año siguiente.

Martínez y los hermanos Adolfo y Andrés Zaldívar habían redactado una carta llamando a evitar las primarias, pero la idea no había tenido apoyo.

La contienda sería entre Aylwin, Valdés, y Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Lo que ocurrió ese 27 de noviembre, y que sería denunciado por partidarios de Frei y Valdés, fue que militantes DC ingresaron a la sede de Carmen 8 y adulteraron los padrones electorales del partido en favor de Aylwin. En ese momento, Gutenberg Martínez se encontraba en el edificio, aunque en otro piso.

"No quiero entrar mucho en ese tema porque yo no soy democratacristiano y no tengo los detalles exactos pero es evidente que en ese partido se produjeron irregularidades que fueron muy lamentables para todos", acota desde Washington el embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, hijo de Gabriel Valdés.

Y agrega: "Lo que me importa a mí son dos cosas. Primero que mi padre levantó el brazo de Patricio Aylwin y lo proclamó candidato democratacristiano, y para mí ese gesto dice todo de su carácter y su grandeza como ser humano. Y segundo, que cuando mi padre estaba muy enfermo en la clínica, don Patricio lo fue a visitar y yo fui testigo de un encuentro extraordinariamente fraternal".

A raíz de lo ocurrido, se buscó por varias vías impugnar la candidatura presidencial de Aylwin, o proponer una alternativa de consenso. Ninguna opción prosperó.

También se pidió la renuncia de Martínez a la mesa. Aylwin se negó tajantemente. Llegó a decir que la renuncia de Martínez implicaría la suya propia y que ponía las manos al fuego por él.

La única renuncia que generó lo ocurrido fue la del en ese entonces subsecretario nacional -y actual ministro del Interior- Jorge Burgos, quien nunca clarificó sus motivos. En la DC siempre quedó la duda de si lo hizo en señal de autocrítica, o de condena.

Las suspicacias acerca de si le había ganado a Valdés "por secretaría" acompañarían siempre al ex Presidente.

Por Macarena Vega

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