A un año de la guerra, la reconstrucción de Osetia del Sur ha sido lenta y caótica
<P>Hasta ahora, la reconstrucción civil de la región ha sido marginal. Además, falta la capacidad de coordinarse de forma eficaz en una tarea común. </P>
Osetia del Sur está lejos de ser el Estado independiente que Moscú reconoció tras defenderlo de la "reconquista" emprendida por Georgia a inicios de agosto de 2008. Al cumplirse un año de aquel enfrentamiento, la región secesionista en la vertiente meridional del Gran Cáucaso es más remota que antes de la contienda. De ruta de paso y convivencia entre diversas culturas, Osetia del Sur se está transformando en un callejón sin salida, dependiente de sus vecinos del norte para subsistir.
Los problemas acumulados son muchos: la infraestructura obsoleta o inexistente fue castigada en 2008 y, ya antes, por la guerra de 1989-1992, el terremoto de 1991 y los enfrentamientos esporádicos que se agudizaron con la llegada de Mijail Saakashvili al poder en Georgia en 2004. Levantar Osetia del Sur es un asunto de prestigio para Moscú, pero hasta ahora la reconstrucción civil ha sido marginal. La organización del trabajo es desastrosa y falta la capacidad de coordinarse de forma eficaz en una tarea común.
Los militares rusos, en cambio, actúan de forma más decidida: el Ejército se ha afianzado en el flanco sur del Cáucaso y en la costa del Mar Negro, en Abjasia, el otro territorio secesionista reconocido como Estado por Moscú.
En Tsjinvali, capital de Osetia del Sur, David Sanakoyev, el defensor del pueblo, interrumpe su descanso de fin de semana para gestionar el traslado de un enfermo del corazón a Tbilisi, la capital de Georgia, 120 kilómetros al sur. El enfermo necesita servicios inexistentes en Tsjinvali y su corazón resistiría mal la altura de las montañas que le separan de Vladikavkaz, en territorio ruso, 180 kilómetros al norte. Los desplazamientos médicos a Tbilisi, corrientes antes de la guerra de agosto, son hoy un complicado asunto de Estado que exige permiso de las autoridades. Un acuerdo con Moscú permite atender a los pacientes osetios en las mejores clínicas de Rusia.
Aunque es la más importante de Osetia del Sur, la clínica de Tsjinvali no tiene agua corriente, su personal usa botellas de plástico para lavarse las manos, las canalizaciones están averiadas, los WC se atascan y no hay luz en los pasillos.
En su viaje a Osetia del Sur en julio, el Presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, reiteró que seguirá ayudando a los osetios. Hasta ahora, la ayuda ha sido lenta y caótica. Zurab Kabesov, el jefe de la Comisión Estatal de Reconstrucción, asegura que los trabajos se acelerarán en los próximos meses y atribuye las demoras a relevos al frente del Ministerio de Desarrollo Regional en Moscú y a problemas burocráticos. En total, el gobierno federal ruso entregó US$ 47,5 millones de adelanto en 2008, a los que se añaden este año otros US$ 269 millones. Para 2010 y 2011 se prevén cantidades similares.
Las huellas bélicas son visibles en la capital de Osetia del Sur. La sede del gobierno está sin techo y hay casas particulares con grandes agujeros en los tejados y en las paredes.
En el patio de Ilma Gasieva, hay aún un fragmento de tanque georgiano de seis toneladas de peso, un resto de los combates del 8 de agosto del año pasado que ninguna de las instituciones encargada del retiro de ruinas se ha querido llevar. Los georgianos de Osetia del Sur se van marchando. No los echan, pero se van, por falta de perspectivas.
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