"ábrete Sésamo": el origen de alibaba
<P>En 1998, el chino Jack Ma fundó una plataforma comercial que se ha transformado en un grupo económico que controla el 80% del mercado chino, con una valorización bursatil de US$ 193 mil millones .</P>
Independiente de su enorme valor económico (más de US$ 2.500 millones), Alibaba ha transformado socialmente el mundo rural chino. Se han desarrollado pueblos completos en torno a productores que venden en esta plataforma y la compañía creó su propia universidad para capacitarlos. En palabras de su líder, Jack Ma, "están transformando la nación a través de abrir la puertas al emprendimiento". Este concepto de "abrir las puertas" es lo que le dio el nombre a la empresa. "Me di cuenta de que 'ábrete sésamo' era lo que necesitaban para despegar muchas pequeñas empresas", dijo el empresario en una entrevista hace algunos años.
Desde los comienzos, en 1999, Alibaba siempre tuvo como foco principal crear valor social, haciendo fácil para cualquier persona comerciar con el mundo y cambiando la manera en que los emprendedores de su país hacían negocio, creaban empleo y abrían oportunidades. Esa ha sido la clave de su éxito.
Hoy, 17 años después, este gigante, que es una mezcla de Amazon con eBay y servicios financieros, se ha transformado en un grupo económico que controla el 80% del mercado chino con servicios de ventas por menor, portales B2B, pagos en línea, un motor de búsqueda de comparación de precios, servicios de almacenamiento de datos en la nube, entre otros. Todos, servicios desarrollados y pensados para abrirle las puertas del mundo a su pueblo.
El modelo de negocio de Alibaba y sus plataformas, el cual se basa en ser un intermediario entre compradores y vendedores, cobrando un porcentaje por cada transacción, es liviano y ágil, ya que no manejan stock, lo que le ha permitido un enorme crecimiento, incluso fuera de las fronteras chinas. Este modelo no intensivo en capital lo convierte en una amenaza para su rival internacional Amazon, quien invierte más de cuatro billones de dólares en este ítem.
Alibaba le va pisando los talones y después de su salida a la Bolsa de Nueva York, en septiembre de 2014, cuando hizo noticia por ser la mayor IPO de la historia con una cotización de US$ 230.000 millones, se transformó en uno de los principales actores mundiales del comercio electrónico.
Pese a que el 80% de sus ingresos proceden de ventas en línea, ha ampliado su oferta a otros sectores, convirtiéndose en un ecosistema digital, con Aliexpress, su servicio B2C; su sistema de pago Alipay y su filial de gestión de datos en la nube digital Alibaba Cloud Computing. Ya en 2014, Alibaba sumaba más transacciones que eBay y Amazon juntas, con una facturación global de US$ 6.560 millones. Una de sus compañías estrella es Taobao, un portal de consumidores que se ha convertido en uno de los 20 sitios más visitados del mundo y que llevó al cierre de la operación de eBay en China. Su dimensión e importancia son tan grandes, que han servido a analistas económicos como dato indispensable para medir la inflación en China. Otra de sus empresas relevantes es Tmall, que se ha especializado en la venta de marcas internacionales y nacionales premium para un mercado chino cada vez más sofisticado.
Aunque su hegemonía es indudable, están apareciendo competidores que pueden ser complejos. JD.com ha entrado con fuerza en el segmento Business to Consumer, con el 23% del mercado interno y con un crecimiento de alrededor del 50%. Alibaba no está dispuesto a dejar espacios en un mercado de más de 150 mil millones de dólares anuales, por lo que la compañía decidió parar su expansión internacional y reenfocarse en China.
Con más de 40 mil empleados, Alibaba es mucho más que un grupo económico, es un ecosistema habilitador de negocios, que ha revolucionado socialmente a su país y se ha transformado en el mejor aliado del nuevo modelo de innovación con valor.
Ello, en un escenario donde el propio gobierno chino ha tomado un rol activo de subsidiar la demanda local de alta tecnología e incentivando a las corporaciones extranjeras para que hagan alianzas con empresas locales y así transferir tecnología, para dejar de ser vistos como la "fábrica barata del mundo". Aunque por escala, los productos chinos siguen siendo muy competitivos en precios, rápidamente la innovación hecha en China está adquiriendo valor. De hecho, hoy en el país hay más de 1.600 centros de innovación.
Esta visión del gobierno central ha hecho ceder la tradicional estructura jerárquica del país, sumándose rápidamente a la era de la colaboración y permitiendo que desde el productor comience una eficiente cadena de valor, además de una fuerte orientación a ser líderes en tecnologías de la información.
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