Abstemio por un mes: la fórmula de emergencia para pagar las culpas
<P>Tras los excesos de las fiestas de fin de año, vienen los intentos de llevar una vida sana y sin alcohol. Pero incluso cuando estos no se mantengan a largo plazo, dejar de tomar por un período acotado nos hace sentirnos y vernos mejor. </P>
CADA cierto tiempo y después de incontables cigarros, tragos y kilos ganados durante las fiestas, la protagonista de la película El diario de Bridget Jones se comprometía a empezar una vida nueva, sana y libre de alcohol. Sin embargo, después de pocos días, las buenas intenciones de la treinteañera inglesa -interpretada por la actriz Renée Zellweger- se veían frustradas por alguna nueva crisis amorosa que la volvía a sumir en la comida y el alcohol.
Aquí en Chile, la Navidad y el Año Nuevo dejan una sensación generalizada de exceso y durante enero cunden los anuncios de planes del estilo Bridget Jones, con programas personales de desintoxicación y de cambios de hábitos radicales relacionados con la dieta o la bebida. Lamentablemente, la llegada de las vacaciones y el verano complota contra ellos, y al igual que el personaje de Zellweger, muchas o muchos terminan cediendo rápidamente a las tentaciones.
Pero, pese a que obviamente todos los manuales, médicos e investigaciones recalcan que el único camino saludable es no excederse, particularmente con el alcohol, aquí bien vale el dicho "de que peor es nada", ya que aprovechar el impulso de comienzo de año puede ser bastante positivo, pues sólo un mes de abstinencia tiene beneficios.
En Inglaterra, donde saben bien de excesos alcohólicos, el University College de Londres y la revista inglesa New Scientist investigaron qué ocurre cuando una persona deja de tomar por un período acotado. Para eso siguieron a 14 bebedores moderados (personas que toman menos de una copa al día, según los estándares internacionales). Cuatro continuaron con sus hábitos regulares, mientras que otros 10 dejaron completamente el alcohol por cinco semanas.
Al terminar el plazo los expertos evaluaron físicamente a los participantes en distintos aspectos: entre los primeros no hubo diferencias. En cambio, en el caso de los que habían dejado de tomar "mostramos que hubo una reducción en la grasa hepática, el peso corporal, el colesterol y los niveles de glucosa", explica el líder del estudio, Rajiv Jalan, de la Escuela de Medicina del University College de Londres.
De la misma forma, su calidad de sueño había aumentado 10%, su concentración un 18% y su desempeño laboral en 17%. Es decir, tras cinco semanas de abstinencia, se veían, se sentían mejor y trabajaban mejor.
Tras analizar los resultados de la investigación inglesa, el vicepresidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (ALEH), Javier Brahm, explica que los beneficios para el organismo son indiscutibles. El hígado, explica el gastroenterólogo y hepatólogo, es el responsable de eliminar las sustancias tóxicas de la sangre, que provienen en gran medida de los medicamentos, las comidas grasosas y el alcohol.
Cuando estas toxinas se ingieren desmesuradamente, se acumulan en el hígado en forma de grasa y afectan su funcionamiento, lo que puede conducir a enfermedades que tienen la capacidad de llegar a ser mortales como la cirrosis hepática".
Estos datos son relevantes en un país como Chile, donde según cifras expuestas por Brahm en 2012, de los países americanos, sólo en Chile y México las muertes por alcoholismo superan a los accidentes automovilísticos y el consumo de alcohol per cápita en los mayores de 15 años (8,6 litros) supera bastante al promedio mundial (6,13 litros).
Sin embargo, dice el experto, "antes de un punto crítico, la acumulación de grasa es completamente reversible. La grasa se produce por el alcohol y dejando de ingerirlo por un mes ayudas a hacer una suerte de limpieza en el hígado".
En la misma línea, la doctora Julia Wattacheril, experta del Centro de Enfermedades Hepáticas y Trasplantes de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), dice que "evitar el alcohol por un período tan breve como dos días puede beneficiar a la gente que bebe todos los días porque habrá efectos metabólicos que veremos en el hígado".
Esto, dice la experta, porque cuando ingresa alcohol al organismo, las células hepáticas se activan para detoxificar, de modo que al darles un descanso por un par de días, esas enzimas no trabajan y se benefician del tiempo "libre". "La belleza del hígado está en que cuando paras de beber, éste siempre tratará de repararse", afirma Wattacheril.
Sin embargo, agrega la investigadora, "es mucho más importante tener un estilo de vida saludable que puede o no incluir cantidades moderadas de alcohol en vez de consumirlo excesivamente y detenerse ocasionalmente". Lo que quiere recalcar la doctora es que un "mes sin alcohol" no es una excusa para una ingesta excesiva porque esta trae muchos efectos negativos.
La CDC define claramente el perfil de quienes consumen alcohol. Los dos primeros no representan peligros permanentes para la salud.
* Bebedor ocasional: Es aquel que ingiere alcohol un par de veces al mes.
* Bebedor moderado: Es quien ingiere menos de una copa al día.
* Bebedor excesivo: Es el que consume más de una bebida diaria, en el caso de las mujeres, y más de dos, en el caso de los hombres.
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