Abusos: ejecutivo del Banco Central y ex esposa enfrentan versiones ad portas del fallo

A las 10.00 de hoy se dará a conocer el veredicto final del caso del suspendido ejecutivo del Banco Central Enrique Orellana Cifuentes, quien está acusado del abuso y la violación de sus tres hijas menores de edad.

De esta forma, terminará una historia que comenzó el sábado 21 de agosto de 2010, cuando el gerente de estrategia y comunicación de Política Monetaria del Banco Central fue detenido en el aeropuerto por personal de la PDI. Pocos días antes, su ex esposa, Yamile Caba, había presentado una denuncia por los supuestos abusos contra niñas.

El proceso judicial ha durado tres años, pues el juicio contra el ejecutivo se ha llevado a cabo en tres oportunidades. En el primer procedimiento, que se realizó a fines de 2012, fue absuelto de todos los delitos. Sin embargo, la resolución fue anulada por la Corte de Apelaciones de Santiago. En esa ocasión, el tribunal de alzada decretó que no se habían considerado los peritajes del Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (Cavas), que habían sido presentados por los querellantes. En el segundo juicio, que terminó el 20 de abril, Orellana fue condenado a 20 años de cárcel por la violación de cada una de sus hijas. En total, el profesional debería pasar 60 años en prisión. En esa ocasión, fue el defensor Francisco Cox quien recurrió a los tribunales superiores.

Sus alegatos fueron escuchados por la Corte Suprema, que determinó que el procedimiento resultaba inválido. En esa oportunidad, también los peritajes del Cavas fueron el centro del cuestionamiento. El máximo tribunal estimó que no se deberían haber usado esos peritajes, porque fueron presentados después de que la Fiscalía Centro Norte cerrara la carpeta investigativa. Ese mismo día, Enrique Orellana fue puesto en libertad y se fijó la fecha para que se iniciara el tercer juicio, que terminó ayer.

Detalles del caso

Según la acusación presentada por la Fiscalía Centro Norte, los supuestos abusos contra las menores habrían ocurrido entre agosto de 2009 y agosto de 2010, cuando las menores tenían tres, cuatro y nueve años. Las agresiones se habrían concretado en el departamento que Orellana mantenía en Santiago Centro, aprovechando el régimen de visitas. La fiscalía pide una pena de presidio perpetuo calificado.

En los tres casos declararon las hijas del profesional, pese a que su participación estuvo en suspenso, ya que el abogado querellante, Fernando Monsalve, reveló que las menores tuvieron crisis nerviosas. Además de las menores, declararon cerca de 40 personas, entre los que estaban el mismo Orellana, su ex pareja, personal del Servicio Médico Legal, siquiatras que vieron a las menores y amigos del acusado.

La tesis de la defensa ha sido que los abusos jamás existieron y que se puede evidenciar que en los relatos entregados por las menores se evidencia que han sufrido algún tipo de manipulación. Ayer, Orellana culpó de esto a la madre de las niñas, quien a su vez replicó que "no soy vengativa".