Actriz atacada por su hermano: "Ahora él se va a sanar"

<P>Javiera Ramos fue herida con un machete en el rostro en julio pasado.</P>




"Lo primero que voy a hacer es darle el abrazo más grande del mundo". Con estas palabras, Javiera Ramos Mejías (40) describió su estado de ánimo al reencontrarse con su hermano Gonzalo Ramos (34), quien estaba internado en el siquiátrico Dr. José Horwitz por orden judicial. Ello, luego de que el 4 de julio pasado la atacara con un machete y un rifle. Ese día, su cuñada la había llamado pidiéndole ayuda en medio de una violenta discusión. Según detalló la fiscalía el día de la formalización de Ramos, su hermana llegó hasta el departamento y, durante un "episodio sicótico", la agredió con un machete en la cara y le disparó en una de sus piernas. La mujer quedó gravemente herida y debió ser hospitalizada.

La actriz se presentó ayer junto a su abogado, Luis Hermosilla, a una audiencia en el Cuarto Juzgado de Garantía. Allí solicitó el traslado del paciente a una clínica privada para continuar una terapia por el trastorno bipolar que tiene diagnosticado. Pese a la oposición de la Fiscalía Oriente, el tribunal autorizó lo solicitado por la familia. La decisión alegró a Javiera Ramos, quien, pese a ser víctima en la causa -caratulada como homicidio frustrado-, dice entender lo que ocurrió ese día.

La profesional cuenta que lo perdona por lo ocurrido y que ella y su familia entienden que padece una enfermedad, la que, a su juicio, se había agravado debido a que no estaba tomando la dosis de medicamento adecuada. Añadió que esta situación se ha revertido y que él enfrenta un buen diagnóstico.

"Ahora (en el tribunal) nos dimos un abrazo, pero él estaba tiritando y con esposas. Cuando esté en la clínica vamos a poder conversar y hacer una vida más tranquila, sabiendo que va a estar bien y que se va a sanar", dice. La profesional, quien trabajó en las teleseries Témpano y La casa de al lado, contó que desde el ataque no había podido ver a su hermano. Esto, porque las visitas en el siquiátrico eran restringidas. "No había dignidad en ese lugar", dijo. "Yo lo quiero con toda mi alma y quiero lo mejor para él. Por eso, nunca lo culpé", añadió.

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