Acusan dopaje de franceses en 1998

<P> Uno de los médicos de la selección campeona reveló extraños niveles en tests de sangre.</P>




"La Implosión" es el título del libro escrito por el ex médico de las selecciones francesas de fútbol Jean-Pierre Paclet. En sus páginas, el galeno asegura que "algunos análisis de sangre revelaron anomalías sobre distintos jugadores franceses antes de la Copa del Mundo 1998".

Ni el autor ni el texto (varias veces revisado por los abogados para no generar demandas) indican de qué futbolista se trata, aunque da importantes pistas: "Se pueden nutrir fuertes sospechas conociendo en cuáles equipos jugaban algunos de ellos, en especial los del campeonato italiano. Es públicamente conocido que habían prácticas por lo menos al límite en Juventus en aquella época".

Claro como el agua: Zinedine Zidane y Didier Deschamps eran los jugadores de la Vecchia Signora por esos días. Paclet, en todo caso, se cubre las espaldas: "Hablo de lo que ya todos saben. No inventé nada. Tener valores de hematocrito elevados no demuestra que hubieran tomado EPO".

"Hablar de Juventus cuando se habla de doping me parece legítimo", aseguró Paclet. Es que el equipo de "Zizou" fue investigado por la justicia italiana por aplicar dopaje sistemáticamente entre 1994 y 1998, pero la causa terminó con absoluciones. En 2002 Zidane reconoció que le daban creatina, un aminoácido que acelera el desarrollo muscular y mejora la velocidad en esfuerzos cortos y repetidos.

Paclet fue miembro del equipo médico entre 1993 y 2008 y número uno en Alemania 2006, aunque el doctor titular en Francia '98 era Jean-Marcel Ferret. Paclet manifestó que "no hubiera sabido qué hacer" en su lugar, "me hubiese enfrentado a un caso de conciencia".

Ferret respondió que "hicimos decenas de análisis para detectar EPO y otras sustancias ilícitas y no encontramos nada. Hubo dos ligeras anomalías en la tasa de hematocritos, pero vinculadas al cansancio del Mundial". De paso, dijo que tiene "la conciencia tranquila".

En el libro, Placet revela casos como el de Patrick Vieira, quien insistió para que se le administrara Actogevin, un fármaco dopante, para recuperarse de una lesión y poder jugar la Eurocopa 2008, a lo que él se negó.

Además, Paclet asegura que Raymond Domenech debió renunciar tras esa Eurocopa, pues "ya había perdido poder ante los jugadores, como se reflejó en Sudáfrica". Finalmente, el doctor afirma que no tiene "la sensación de ser un traidor" y que sólo quiere "explicar cómo funciona el fútbol francés".

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