Adaptación de Hamlet de Raúl Ruiz encabeza la propuesta de Santiago a Mil
<P> La programación nacional del festival contempla 31 espectáculos, entre los que destacan <I>La Quintrala</I> y <I>El rucio de los cuchillos</I>.-</P>
Ha aumentado la oferta de obras en cartelera y también las expectativas del público. Por lo mismo, cada vez es más difícil decidir qué obras chilenas clasifican y cuáles no para las versiones del Festival Internacional de Teatro Santiago a Mil. Lo dijo ayer Carmen Romero, directora de la Fundación Teatro a Mil, durante el anuncio de la programación nacional para el próximo año. Es difícil, pero alguien tiene que hacerlo.
Para la nueva versión de este evento se optó por entregar un panorama de las mejores obras chilenas estrenadas entre agosto de 2009 y septiembre de este año. Un jurado barrió la cartelera en esos meses y eligió las nueve obras para la selección 2010. Así, del 3 al 31 de enero de 2011 volverán a montarse piezas locales, como Diatriba de la victoria, creación de Rodrigo Pérez que cuenta con actuaciones de Catalina Saavedra y Amparo Noguera; el texto de García Lorca Doña Rosita la soltera, dirigido por Héctor Noguera y con Bélgica Castro sobre el escenario; El rucio de los cuchillos, escrita por Luis Rivano en 1981; Medusa, de Ximena Carrera, basada en la historia real de tres colaboradoras de un organismo de seguridad, o Pueta Peralta, obra de títeres que viene a diversificar la oferta de formatos.
Además, habrá cuatro invitados especiales, entre los que destaca Amledi, el tonto, de Raúl Ruiz, versión en clave vikinga de Hamlet que será codirigida por Cristián Plana.
Los otros invitados son Jamás el fuego nunca, La amante fascista y El hombre que daba de beber a las mariposas, último montaje de Teatro Cinema.
A esa panorámica se sumarán ocho piezas de compañías jóvenes que han dado qué hablar. María José Bello, integrante del jurado para la categoría Emergentes, destacó la cantidad de obras que poseen textos escritos por jóvenes. "Aquí no hay escuelas de dramaturgia, todos salimos siendo actores. Aún así, hay teatro emergente escrito por chilenos que podría ser un gran embajador de nuestra dramaturgia", comenta. Las obras de esta categoría se pasean por tópicos como la marginalidad social (Dios es un lujo), la vida de los trabajadores de un supermercado (La obra ltda.), las carencias del sistema educacional (Las analfabetas) y la fragilidad de los lazos familiares (Parir).
"Esta vez habrá más teatro callejero que nunca", aseguró ayer Carmen Romero, organizadora de este festival presentado por Minera Escondida (operada por BHP Billiton) y Fundación Teatro a Mil, que cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y el auspicio de Movistar. En teatro callejero estará Altazor, homenaje visual a la obra cumbre de Vicente Huidobro, de la compañía Teatro Onirus.
La danza contemporánea chilena también estará bien representada en 2011, con seis piezas en cartelera.
El recién abierto Centro Gabriela Mistral será la sede oficial de Santiago a Mil. Allí se mostrarán obras de la programación nacional y de la internacional, la cual será anunciada con detalle la próxima semana.
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