Aftershock, la película donde un terremoto grado 10 destruye Santiago y Valparaíso

<P>El director Nicolás López y el actor y productor estadounidense Eli Roth cuentan detalles del filme actualmente en rodaje.</P>




El crepúsculo desciende sobre las lápidas del Cementerio General de Santiago. Las sombras perpendiculares se alargan, dando una tenebrosa perspectiva. Cuando la mayoría de los mortales llega a sus casas luego del trabajo, aquí, en medio de tumbas y mausoleos, el equipo detrás de la cinta Aftershock, comandado por el director Nicolás López, recién comienza a desplegarse. El set es digno de Hollywood. Inserto en medio del parque sepulcral, sorprende la minuciosidad del decorado, que replica las tumbas destrozadas por el terremoto que sacudió nuestro país casi dos años atrás.

Aftershock, una cinta inspirada en la tragedia del 2010, es el nuevo proyecto de Nicolás López, un thriller de terror de factura internacional, protagonizado y producido por el estadounidense Eli Roth. Este último es una figura importante en Hollywood, director de la serie de cintas Hostal y actor en Bastardos sin gloria, de Quentin Tarantino.

Los escombros lucen frescos como si el siniestro hubiese ocurrido recién. La idea de la película, en cambio, viene desde el mismo 27/F. Ese día López le envió un email a Roth explicándole que, luego del rotundo fracaso comercial de su cinta Santos, por fin se ponía a rodar. Al mismo tiempo la tierra se sacudía y destruyó la mitad de Chile. "Le conté lo que ocurría y él me dijo que ahí había una historia increíble, no teníamos que inventar nada, sólo encadenar los eventos reales y transformarlos en una película", cuenta López.

La sinopsis de Aftershock es la siguiente: ambientada en el 2012, cuenta la historia de Gringo (Eli Roth), quien decide venir a Chile a visitar a su amigo Ariel (Ariel Levy) luego de terminar con su mujer. Una vez acá, ambos asisten a una fiesta en Valparaíso, donde conocen a tres chicas que también están de viaje, una rusa (Natasha Yarovenko), otra húngara (Andrea Osvárt) y la última neoyorquina (la chilena Lorenza Izzo). En medio de la fiesta, un terremoto de 9.8 grados deja al país convertido en escombros. Luego viene la sobrevivencia y la ayuda mutua. "En ese momento, cerca de la media hora de metraje, en la película viene la clásica pregunta de qué pasa cuando se trata de sobrevivir. Antes, cuando están bien, todos son buenos", explica López.

La premisa busca ser novedosa, combinando los gustos de Nicolás López y Eli Roth. El resultado debería ser un filme cercano a un género que ambos admiran como cinéfilos: el thriller de terror. Roth lleva plasmándolo al celuloide desde sus primeras intervenciones detrás de la cámara, como las sangrientas Fiebre en la cabaña (2002) y Hostal (2005), dos cintas recargadas de violencia y horror. En tanto, el toque de López se nota en el inicio. Aftershock arranca más bien divertida y cosmopolita. "La idea es mostrar un nuevo Santiago, todo cool. Y de repente tienes ese cambio, en que todo se va al infierno. De cierta manera es un poco la capital sofisticada que mostré en Qué pena tu vida, pero que ahora destruiremos de golpe", dice el director chileno.

Parte de esa imagen capitalina viene de la experiencia de Eli Roth cuando estuvo por primera vez en el país, en diciembre del año pasado. "Esta es la mejor manera de introducir a Chile en el resto del mundo. Hay curiosidad por este país, están los mineros, la comida, la seguridad. En la película intentamos conectar todos esos puntos, queremos que afuera vean esos elementos", afirma Roth.

La dupla se conoció en el 2005 en el Festival de Cine de Los Angeles, encuentro donde López presentaba Promedio rojo, su primera cinta. En dicha instancia el chileno vio los primeros avances de Hostal, la cinta que catapultó la fama de Roth.

"Siempre hablamos de hacer algo juntos, sólo le pedí a Nicolás que en lugar de una comedia nos inclináramos por algo de terror, con el afán de mostrar su talento en cualquier lugar del mundo", indica Roth. "Y yo le conté a él de esta cámara fotográfica nueva, con la que hicimos de Qué pena tu vida, una rentable cinta de bajo presupuesto. Le dije que sería interesante aplicar esta nueva forma de hacer cine a una película de corte internacional", agrega López.

Aftershock hoy se encuentra en pleno rodaje, pero ya hay planes de exhibición. La cinta ya se vendió en 20 países, excluyendo Estados Unidos, donde aún no se define qué estudio la distribuirá. "Lo que Chile tiene sobre otros lugares es que no debes adecuar nada para filmar, puedes simular que estás en Estados Unidos", afirma Roth, esbozando lo que ambos directores llaman "Chilewood", algo así como un nicho industrial de películas. Puede sonar descabellado, pero a Roth lo respalda además un exitoso historial como productor, con taquilleros títulos como El último exorcismo (2010). Y López también conoce su terreno: "Hago cine de género que me gustaría ver en pantalla, no trabajo para los festivales".b

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