Agrupaciones de identidad de género apoyan multa a colegio Pumahue

Organizaciones de diversidad sexual e identidad de género apoyaron la multa que la Superintendencia de Educación cursó al colegio Pumahue de Chicureo, que rechazó la petición de los padres de la pequeña Andy, de cinco años, para que su hija sea tratada en el establecimiento según su identidad, es decir, como una niña.

Las agrupaciones también criticaron los argumentos esgrimidos por la rectora del colegio Andrea Correa, quien aludió a la falta de normas que regulen la incorporación de niños transexuales en la comunidad educativa y la imposibilidad de obligar a las demás alumnas a compartir el baño del colegio con la menor.

Andrés Rivera, consultor de DD.HH. e identidad de género, quien ha acompañado a la familia de la niña en el proceso de transición, dijo que "si bien la rectora hace alusión constantemente a la legislación, en la práctica ella está genitalizando una problemática que tiene que ver con la identidad de género y eso me parece más delicado y grave".

Rivera aseguró que antes de la resolución del establecimiento tuvo reuniones con la rectora donde "entregué documentación para que ellos tuvieran una base para comenzar a discutir sobre el tema y, además, les ofrecí una capacitación gratuita a todo el personal del colegio para educarlos sobre la temática".

Añadió que "es extraño que un colegio con una infraestructura como la que ellos tienen den como excusa el baño, versus muchísimos otros colegios en las comunas de Maipú, Pudahuel, Ñuñoa y Renca, donde tenemos a niños transexuales inmersos en los proyectos educativos y el baño no ha sido un problema".

Para el director de la Fundación Iguales, Sebastián Gray, el caso de Andy tiene sustento jurídico: "por primera vez la legislación chilena se hizo cargo, incorporando como discriminación arbitraria incorporada a la identidad de género. Creo que lo ocurrido con Andy es buen caso para alegar discriminación arbitraria (...) Donde hay ignorancia hay temor y la rectora está expresando el temor de una comunidad ante aquello que no comprende. Y al hacerlo pone en evidencia la debilidad de su proyecto". Por su parte el vocero de Movilh, Rolando Jiménez dijo que "los niños no tienen prejuicios, cuando una niña o un niño van al baño van a hacer sus necesidades fisiológicas. Son los adultos a los que les cuesta adaptarse".