Alan Pauls: "Me interesa la evolución del dinero y la cultura psicótica de la economía"

<P>El autor habla de su novela <I>Historia del dinero</I>. En agosto dará un seminario de cine en el ciclo La Ciudad y las Palabras de la UC.</P>




Un helicóptero cae en las aguas del río Tigre, en la provincia de Buenos Aires. El pasajero, un alto ejecutivo de una compañía siderúrgica, es encontrado en el fondo del río. Sin embargo, no hay rastros de la valija de dinero que transportaba. Es 1974 y Argentina atraviesa una de sus peores crisis, entre un sindicalismo radicalizado y el peronismo más reaccionario. "¿Por qué ese dinero se llevaba en efectivo?", es una de las preguntas que se hizo Alan Pauls. El hecho es el inicio de Historia del dinero, novela en la que trabaja el escritor argentino, y que es la última entrega de su trilogía formada por Historia del llanto (2007) e Historia del pelo (2010).

Además de narrador, Pauls es crítico de cine, y el programa Primer plano, que conduce en el canal de cable I-Sat, lo mantiene atento a la filmografia contemporánea. Su novela El pasado (Premio Herralde, 2003) fue llevada al cine por el director Héctor Babenco, con Gael García Bernal como protagonista. Su afición al cine lo traerá a Chile en agosto, para dictar un seminario de tres días en la Universidad Católica, invitado al ciclo La Ciudad y las Palabras, programa del Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos, auspiciado por La Tercera.

Alan Pauls cuenta al teléfono, desde Buenos Aires, que el próximo año estará en librerías el volumen que cierra su trilogía de la Argentina de los 70. El llanto fue la metáfora de las batallas perdidas en su primera entrega. El pelo, la obsesión por describir las desigualdades sociales, ante la cabellera de los otros.

¿Cuál es ahora su obsesión en la Historia del dinero?

Tratar de restituir los precios exactos de las cosas que se nombran en la novela. Estoy haciendo una especie de contabilidad muy puntillosa de los precios, porque me interesa la evolución del dinero que se dio en esa época. No se ha tratado mucho la cultura psicótica de la economía en esos años. Además, en la novela se cuenta la historia de una familia que dilapida una fortuna considerable.

Las críticas a las dos primeras no fueron unánimes, sino más bien mixtas. ¿Quedó conforme?

Lo que pasa es que me interesa la reacción de la crítica cuando produce lecturas. Y cuando la crítica lee los libros, cosa que no es muy frecuente, generalmente, se hace con información de internet.

Usted es crítico de cine. ¿Ve muchas películas?

El programa que hago en el cable es el resultado de un intercambio, entre lo que yo veo (en festivales o internet) y lo que el equipo me propone. El énfasis está puesto en el cine independiente, emergente... Mucho cine asiático.

¿Qué le interesa de ese cine?

La libertad de relato. Son cineastas que crean como si estuviesen aprendiendo, partiendo desde cero, a contar una historia. Hay una mezcla de "ingenuidad" aparente y una sofisticación fenomenal. Junto a una concepción distinta del tiempo, que lo hace todo más bello.

¿Qué le pareció la última película de Woody Allen?

Vi hace poco Medianoche en París. Creo que esa y las últimas son de una decadencia casi patética. Woody Allen se ha convertido en el publicista de las principales capitales de Europa. Sus cintas ya no parecen objetos cinematográficos, sino piezas de paquetes de turismo cultural.

¿Y le interesa el cine chileno?

Raúl Ruiz. Vi Misterios de Lisboa, esa megapelícula que hizo en Portugal y me pareció extraordinaria. Para mí, Ruiz sigue teniendo 25 años.

¿Es cierto que actuará en dos cintas argentinas?

Sí. Una se llama La vida nueva, que se estrenará en septiembre, dirigida por Santiago Palavecino. Ahí hago de un veterinario de pueblo. Mientras, en Cassandra (aún en rodaje), de Inés de Oliveira Cézar, soy un editor de periódicos, que envía a una periodista a El Chaco y ella no vuelve, y yo salgo a buscarla. Es muy atractivo actuar, porque tengo que confiar en otros, y las palabras las escriben otros.

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