Alan Pauls: "Raúl Ruiz inventó una forma de ser artista que es única en el cine"
<P> El autor de <I>El pasado </I>prepara una<B> </B>biografía sobre<B> </B>el cineasta chileno. De su vida y obra Pauls dará un seminario en el ciclo La Ciudad y las Palabras de la UC. </P>
Cuando entró a estudiar letras, en 1979, Argentina estaba bajo la dictadura militar de Jorge Videla. Se demoró ocho años en egresar, porque los primeros cuatro estudió griego y latín. Entonces decidió estudiar por su cuenta y se sumergió en el psicoanálisis, el marxismo, el estructuralismo y las corrientes contemporáneas a su época de estudiante. Fue asiduo a grupos de lectura dirigidos por académicos despedidos por la universidad intervenida. Volvió la democracia y volvieron los profesores a la Facultad de Filosofía y Letras. Alan Pauls (1959) también volvió para terminar la carrera y para comenzar a hacer clases, precozmente.
Escritor, teórico y crítico literario, Pauls está hablando siempre desde el mismo lugar y de las mismas cosas, como si todo fuera parte de una compleja unidad teórica. También es un prolífico traductor de autores como Susan Sontag. El 2013 tradujo las Poéticas del cine de Raúl Ruiz. Pauls, que ha escrito sobre Manuel Puig y Borges, ha publicado seis novelas y ganó el Premio Herralde con El pasado en 2003. Desde hace un tiempo trabaja en una biografía sobre el cineasta chileno Raúl Ruiz.
"Estoy trabajando en el libro de Ruiz para Ediciones UDP, una especie de ensayo biográfico. Entrevisté a mucha gente e investigué bastante. Hablé con su esposa, Valeria Sarmiento, y con un grupo de amigos íntimos de él. Es un libro que está tomando más tiempo del que pensé, porque implica una cantidad de preguntas teóricas. Por ejemplo, si sobre cualquier sujeto se puede escribir una biografía o hay formas de vida que implica abordar de formas biográficas particulares. Son cosas que me pongo a pensar y que trato de resolver escribiendo este libro", señala Pauls, quien dará un seminario sobre Raúl Ruiz, el 28 y 29 de octubre en el ciclo La Ciudad y las Palabras, de la UC, organizado por el Doctorado en Arquitectura. Inscripciones con Loreto Villarroel al correo: lvillarr@uc.cl.
Muchos sentidos
Alan Pauls comenta que ya no hace clases hace ya mucho tiempo en la universidad. Y que de alguna manera, también abandonó la práctica de la teoría y la crítica literaria.
¿Cuál es su impresión del declive de la crítica literaria hoy?
La crítica naufragó en cierto sentido, pero también naufragó producto de cierto cambio en el orden de las humanidades. La crítica dejó de ser interesante e importante cuando la literatura pasó a ser -producto del surgimiento de los estudios culturales- un objeto más dentro de un conjunto de objetos posibles para el análisis estructural. Parece entonces que es obvio que la crítica literaria tiene que sufrir. Además, los medios donde se ejerce esa crítica, están menos interesados en la literatura en sí, sino en pequeños acontecimientos literarios. No importan tanto los libros de Knausgård para los medios, sino que escriba seis libros sobre su vida privada. La literatura en sí ya no tiene ninguna importancia. La crítica entonces o tiene un rol patético o una especie de sustitución bizarra que es la conversación. Creo que ese es un fenómeno muy propio del arte contemporáneo.
¿Ha cambiado su percepción sobre la obra cinematográfica de Ruiz al investigar su vida?
Me obligó a conceptualizar percepciones sobre su obra. Sobre todo respecto a su figura de artista. Me interesa mucho escribir una biografía no tanto en sentido cronológico, sino más bien desde la 'figura de artista'. Ruiz inventó una forma de ser artista que es única en el cine. Eso me interesa del género biográfico: solo comienza a interesarme la vida de un artista cuando comienza a ser artista propiamente tal. Leo a Nabokov y toda su infancia me importa un carajo. Lo mismo con Kafka. Me empieza a interesar la infancia de Nabokov en retrospectiva, cuando éste comienza a utilizarla con motivos literarios.
¿Algo que le haya llamado considerablemente la atención?
La obsesión con la comida. La idea de un artista "bulímico". Es algo que me interesa mucho. El arte podría dividirse entre anoréxicos o bulímicos. Ruiz hacía alrededor de la comida uno de los momentos vitales, máximos, en una vida muy improductiva en otros sentidos, pero que sólo valía para el arte en esas instancias. Me gusta eso porque sólo le interesaba del cine el tema del rodaje. La idea del artista bulímico tiene que ver en el mismo sentido que Nietzsche decía que uno debía pensar cuales eran las enfermedades de los filósofos, para descubrir en eso la matriz de su pensamiento. En Ruiz opera lo mismo: la relación que tenía con los rodajes más que con la escritura de los guiones o los montajes de una película. Por qué le gustaban tanto los rodajes, al punto que a veces abandonaba películas simplemente para comenzar a trabajar en otras. Ruiz tiene una cantidad de películas inacabadas, truncas, y eso no es solamente porque no consiguiera dinero para terminarlas: hay algo en el sistema Ruiz que va a la experiencia del hacer, del presente del rodaje, la experiencia de la manipulación en vivo. Un detalle entonces fundamental en la vida del cineasta, como las comilonas en su casa, se transforman en un principio de práctica artística. En el caso del exilio me interesa, por ejemplo, cómo es que en Diálogo de exiliados, Ruiz produce una idea de exilio nueva, en 1974. Es decir, cómo Ruiz se inventa un exilio filmando una película y no tiene más remedio que convertirse, ni más ni menos que en un cineasta francés. Eso es lo que me interesa como operación biográfica, no tanto las fechas y lugares que constituyen su biografía cronológica. Quién era Ruiz en privado no me importa nada. Donde es singular es en ese punto donde dice que es el año 74 y que está en París. Entonces toma a unos amigos y hace una película tremenda, indigerible, una bomba.
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