Alanis Morissette vuelve a la música con disco maternal
<P><I>Havoc and bright lights </I>rompe<I> </I>un retiro musical de cuatro años. En ese tiempo, la cantante<I> </I>se casó y tuvo a su primer hijo.</P>
Para una artista nacida entre canciones rabiosas a mediados de los años 90, la estabilidad puede ser un problema y eso le ocurrió a la canadiense Alanis Morissette (38). Tras su último disco, Flavors of entaglement (2008), desapareció de las radios: se casó, tuvo un hijo y se dedicó a la maternidad. La crianza, sin embargo, dio otros frutos: este 28 de agosto aparece Havoc and bright lights, séptimo álbum de su carrera.
"Es un disco maternal", aseguró la cantante en una publicación canadiense. Y así lo anticipa Guardian, primer sencillo del álbum, que describe a una mujer "guerrera" y "protectora". Aunque son tópicos frecuentes en sus letras, la canción impactó en un público nuevo: ha sido un hit entre las páginas web y blogs de embarazadas en Norteamérica.
Para ese público, la cantante de Ironic ha escrito columnas en publicaciones como The Hufftington Post y iVillage, en las que comparte el dolor experimentado en 15 meses de depresión posparto, o la decisión de dar a luz en su casa. Su plan ahora es protagonizar un video blog personal para acompañar a las madres primerizas.
La artista norteamericana, además, ha hecho espacio para su faceta de actriz, la cual inauguró en la película de Dogma (1999). Más tarde se anotó créditos en las series Sex and the city, Nip/Tuck y Weeds, entre otras, y este año tuvo un papel para la comedia Up all night. La canadiense reconoció que está en negociaciones para integrar el nuevo jurado del programa American Idol.
Mientras, el frente musical también trae novedades. Havoc and bright lights es su primer trabajo tras finalizar su contrato con Maverick Records, el sello de Madonna. Morissette regresa escoltada por dos productores, Guy Sigsworth (Madonna, Britney Spears, Björk) y Joe Chiccarelli (Frank Zappa, U2), encargados de pulir las dos caras de su música: sonidos modernos y contemplativos junto a los más rabiosos y rockeros.
"Es una fotografía que me obsesiona por estos días, lo que me importa, y lo que me golpea a las cuatro de la mañana en mi momento más introspectivo", explica en una entrevista realizada para su sello discográfico. Y también -según explicó durante una charla con The New York Times- será una especie de antología, desde su prehistoria como estrella adolescente en sus dos primeros discos, pasando por sus años rabiosos y su interés místico.
La última entrega de Morissette toma distancia de su anterior trabajo, Flavors of entanglement (2008), una placa doble que encapsuló sus descargos tras el quiebre con su novio, el actor Ryan Reynolds. El álbum debutó en el puesto ocho del ránking Billboard 100 y vendió 600 mil copias. Cifra importante, pero menor para una artista que, solo con Jagged little pill vendió 33 millones de unidades. A la fecha, su discografía lleva más de 60 millones de discos vendidos.
Tras girar por el verano europeo, la cantante tiene más de 30 fechas por delante hasta noviembre, ocho de ellas en Brasil. Un ritmo de conciertos similar al que vivió a sus 19 años, cuando el éxito y las giras de Jagged Little Pill le pasaron la cuenta con un diagnóstico de estrés postraumático. Esta vez, como ha explicado ella en sus columnas maternales, la pelea es otra: contra la depresión posparto y contra el tiempo que sufre distanciada de su primogénito.
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