Alerta por el virus ébola




LA EXPANSION que está experimentando la enfermedad, que ya ha afectado a casi 9.000 personas en siete países desde marzo pasado -causando la muerte a más de 4.500-, deja en evidencia la tardía reacción de la comunidad internacional frente a esta emergencia y ratifica la necesidad de actuar en forma coordinada y seria para evitar que el brote siga creciendo.

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) admitió que “podría haber respondido antes”, pero la dinámica del brote “los tomó desprevenidos”. Y la comunidad internacional sólo reaccionó seriamente a fines de septiembre y, en especial, luego de que se detectara el primer caso de contagio fuera de Africa, en octubre.

Esta falta de previsión obliga a sacar lecciones y hace urgente redoblar los esfuerzos a nivel mundial para hacer frente a la enfermedad. El propio Consejo de Seguridad de la ONU ha hecho un llamado a la comunidad internacional para tomar los resguardos del caso.

El manejo adecuado frente a esta amenaza obliga a que los distintos actores involucrados en el tema -tanto expertos del ámbito de la salud como responsables políticos- actúen con seriedad para evitar sobrerreacciones que terminen alimentando un clima de paranoia que en nada contribuye a la lucha contra el virus.

En esta tarea cabe un rol fundamental a la entrega de información clara a la población, elaborar protocolos adecuados  y preparar correctamente a los funcionarios de la salud. Los casos de contagio en España y Estados Unidos son una voz de alerta que dan cuenta del extremo cuidado que se debe tener en el manejo de los enfermos y el estricto apego a los protocolos.

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