Alonso Cueto: "Es un privilegio vivir en una sociedad que produce historias siempre"

<P>El autor peruano presenta el sábado su novela <I>La venganza del silencio,</I> en la Feria del Libro.</P>




De su padre heredó el gusto por la literatura. Doctor en letras y filosofía, Carlos Cueto llegaría a ser director de la Biblioteca Nacional de Perú. Con él solía leer la Ilíada y seguía con emoción el relato de la lucha entre Héctor y Aquiles. Pero la vida juntos fue corta: en noviembre de 1968, el padre de Alonso Cueto murió. El escritor tenía 14 años. Fue una pérdida determinante: "Entonces descubrí la literatura como una sustitución del mundo", cuenta a La Tercera.

Ese verano leyó mucho a César Vallejo. "Me parecía que aquello que Vallejo expresaba en sus páginas se asemejaba a lo que yo sentía, lo que me hizo descubrir el poder del lenguaje literario para atravesar fronteras de tiempo y espacio".

Han transcurrido 40 años desde entonces. Cueto es hoy el narrador vivo más importante de Perú detrás de Mario Vargas Llosa. Y uno de los más prolíficos: ha publicado una decena de novelas y varios volúmenes de cuentos, así como ensayos y libros de crónicas. Gran narrador de los conflictos de su país, en sus libros a menudo los padres no están o desaparecen.

Eso le ocurre también a Antonio Hesse, el protagonista de su nueva novela, La venganza del silencio. Publicada por el sello Planeta, será presentada el sábado en la Feria del Libro de Santiago por Arturo Fontaine y el propio autor.

Antonio pertenece a una de las familias más tradicionales de Perú. Queda huérfano a los 10 años y crece con su tía Adriana, directora del banco familiar y matriarca del clan. Casada con Adolfo, un hombre divertido y lector de novelas del siglo XIX (el tío ideal), forman un matrimonio casi perfecto. "Ellos no tenían hijos y mi venida a la casa era una bendición", relata Antonio.

La casa es el centro de los almuerzos familiares. En ellos la cúpula del clan -tía Adriana y sus hermanos- se reúne, discute los problemas y hace planes. "La familia es una conspiración contra el resto del mundo", dirá el tío Adolfo.

Antonio hace amistad con Venus, el chofer de la familia, y conoce a su hija Lorena. Estudia finanzas, viaja a España y regresa siete años después. La relación de sus tíos ya no va tan bien. Una noche, Antonio sorprende al tío Adolfo con una mujer más joven. No con cualquiera: es Lorena, la hija del chofer. Días después, Adolfo es encontrado en la calle con un balazo en el pecho.

Antonio se embarca en una investigación personal. Una pesquisa para aclarar el crimen que lo llevará a conocer viejos secretos de familia. "El misterio de las pasiones familiares siempre me ha fascinado. La familia es una religión que establece una serie de sacramentos para celebrar su unidad: fiestas, cenas, actividades comunes", dice Cueto. Y aunque está un poco en retirada hoy, "su fuerza sigue siendo muy grande, especialmente en el mundo latino".

Diferencias de clase

La familia Heller vive entre el peso de su pasado glorioso y el silencio sobre sus verdaderos lazos. "Las sociedades latinoamericanas, en mayor o menor medida, viven mirando el pasado", observa Cueto. "En las familias, creo que siempre hay una caja de Pandora que guardan en su interior (cartas secretas, confesiones, omisiones), que de pronto, en algún momento, aparecen en toda su dimensión. Este es el momento en el que se confrontan con el mal. Es un proceso común en las familias tradicionales que pretenden negar la existencia del mal en ellas".

Cueto utiliza los códigos de la novela policial para entrar en esos rincones. "Antonio busca la verdad sobre la muerte de su tío. Es un hurgador, un investigador en los temas de la familia. La búsqueda del culpable, en este caso, coincide para él con una búsqueda más esencial, la de una verdad sobre quién era su tío".

Con su microcosmos social, la historia se asoma también a las diferencias de clase. "Es una crítica social, porque se trata de una familia de sirvientes y de una de propietarios. Los Hesse funcionan como dueños, mientras que la familia de Lorena y de Venus son sirvientes suyos. Que una familia se apodera de la otra es frecuente en estos esquemas de desigualdad".

Un tema presente en la narrativa peruana, desde Ribeyro a Vargas Llosa. "Esta sociedad marcada por las diferencias también está definida por el conflicto y por su consecuencia natural, las historias. Las historias siempre vienen de los conflictos. Es verdad que grandes novelas peruanas, como Conversación en la Catedral, se nutren de estas diferencias. En este sentido es un privilegio ser un escritor peruano, es decir, vivir en una sociedad que produce historias siempre".

Premio Herralde 2005 por La hora azul y finalista del Casa América Planeta por El susurro de la mujer ballena (2007), Cueto trabaja en una nueva novela. "Es una historia de amor. El amor siempre me ha parecido una experiencia fascinante e incomprensible. Escribo para hacerme nuevas preguntas,porque sé que las respuestas no existen".

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