Alvaro Corcuera dimite como superior de los Legionarios de Cristo

En una decisión sorpresiva, el director de los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Alvaro Corcuera, presentó su renuncia al puesto y argumentó no contar "con la salud y las energías" necesarias para afrontar "de manera responsable" el gobierno de la congregación, así como la reforma ordenada por el Vaticano. La noticia fue dada a conocer a los miembros de la Legión y del movimiento laico Regnum Christi en una carta del delegado del Papa para la reforma de la comunidad religiosa, cardenal Velasio de Paolis, fechada el 10 de octubre.

Los Legionarios de Cristo y el Regnum Christi se encuentran en un proceso de reforma interno, producto del reconocimiento de actos controvertidos cometidos por su fundador, el sacerdote mexicano Marcial Maciel, entre los cuales se cuentan abusos sexuales contra menores.

En enero de 2005, Alvaro Corcuera fue elegido para suceder al propio Maciel, quien se encontraba entonces investigado por la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano.

La misiva de De Paolis estuvo acompañada por un texto redactado por el propio Corcuera, en el cual explicó las razones de la renuncia. "No me es fácil reconocerlo, pero por lo mucho que quiero a cada uno de ustedes, a la Legión y al movimiento, he visto delante de Dios que no cuento con la salud y las energías necesarias para enfrentar de manera responsable las exigencias del gobierno general en el momento histórico actual", escribió. El titular de los Legionarios sostuvo que "aunque no tengo una enfermedad grave, hace falta alguien que esté en plenas facultades de salud".

El sacerdote explicó que temporalmente y hasta la celebración de un próximo Capítulo General, es decir, la reunión que podría realizarse en 2013 o 2014 y en la que se podrá elegir al próximo superior, sus funciones las asumirá el actual vicario general Sylvester Hereeman.

El cardenal De Paolis, en tanto, recordó en su carta que el director asumió su puesto en 2005 y su labor debió haberse extendido por 12 años, según los estatutos, una amplitud que el purpurado consideró como "demasiado larga" y que, anticipó, debe ser modificada. Reconoció que los últimos siete años fueron "muy difíciles y pesados" y que el trabajo del director saliente se desarrolló "en un clima, a menudo, de sufrimiento y de incomprensión", lo cual "debilitó sus energías" al punto de despertar el temor que si hubiese continuado su empeño, "habría podido comprometer su salud".

De Paolis dijo que en un próximo Capítulo General se deberán aprobar las nuevas Constituciones.