Alza de los alimentos presiona el precio de los terrenos agrícolas
<P>Inversionistas chilenos y extranjeros buscan terrenos para sembrar granos y producir leche. La VI y X regiones concentran el interés.</P>
TIERRAS para la producción lechera, la siembra de maíz y trigo y la plantación de olivos. Eso es lo que buscan hoy quienes quieren entrar al negocio agrícola o las empresas que planean extender sus operaciones en este rubro a nivel local. Este interés, que va de la mano del alza que han experimentado los precios de los alimentos en el mundo, especialmente los granos, se ha traducido, en la práctica, en otro fenómeno creciente: el aumento en el valor de los suelos agrícolas.
"Se ha notado un incremento sostenido durante los dos últimos años y este 2011 comenzó de la misma manera. El alza de los precios del maíz y del trigo ha impactado el negocio", relata Armando Correa, corredor de propiedades agrícolas de Colchagua, en la VI Región. En concreto, mientras en marzo de 2010 el precio internacional del trigo era de US$ 396 por bushel, hoy su valor llega a los US$ 642 por bushel; en el mismo período el trigo pasó de US$547 a US$ 689 por bushel.
¿En qué se traduce esto? En la VI Región, explica Correa, el valor de los predios está relacionado directamente con su uso. Los más caros son los que tienen buenos suelos profundos, los que sirven para la siembra de maíz y trigo, además de plantaciones de uva de mesa, cerezos; y los más pedregosos y secos, que son utilizados para producir vinos premium. Una hectárea de estas características puede costar hoy entre $ 12 millones y $ 14 millones. Hace un año, calcula, fluctuaban entre los $ 10 millones y $ 12 millones; esto es, han subido entre 16% y 20%
Incluso,los terrenos más arcillosos y difíciles de trabajar han presentado aumentos en sus precios. "En promedio se ofrecían en unos $ 5 millones por hectárea y hoy no es difícil encontrarlos 40% arriba, a unos $ 7 millones, valor que se extienden a otras regiones, como la VII", acota un empresario de la zona.
Un ejemplo del incremento experimentado es el proyecto Olisur, del dueño de Forus, Alfonso Swett. El empresario compró, hace siete años, 1.000 hectáreas para olivos en la zona de Marchigüe, a un precio del orden de $ 1,7 millón por hectárea. En 2007, los predios cercanos a su proyecto costaban $ 2 millones, en 2009 rondaban los $ 3,5 millones y hoy fácilmente se pueden encontrar en $ 5 millones, relata Correa. Es decir, el precio creció a más del doble en el período.
En paralelo, en la zona de Lolol y Pumanque, también en la VI Región, se ha generado un cambio de escenario: de ser un sector que históricamente ha carecido de agua, hacia el año 2016 será abastecido, en parte, por la ampliación del sistema de irrigación del embalse Convento Viejo. El resultado: "Antes los dueños de terrenos pedían $ 2 millones por hectárea; hoy, $ 5 millones, porque son predios que entrarán en producción", afirma un viñatero local.
Para Juan Pablo Subercaseaux, profesor del Departamento de Economía Agraria de la Universidad Católica, otro de los elementos que inciden en el aumento de precios es la escasez de terrenos. "La oferta es limitada, no se pueden inventar ni crear más hectáreas de las que hay. Se trata de un bien escaso", expone. Esta coyuntura, agrega, es similar a la ocurrida en 2007, pre crisis internacional. "En esa ocasión, los precios subieron por la demanda de China e India, y también por el alto precio del petróleo, lo que empujó al alza el valor de los alimentos", recuerda. Hoy pasa algo parecido, aunque se suman las sequías de Rusia y Estados Unidos y los incendios en Australia, tres grandes productores de granos.
En la X Región, el impacto de la llegada de nuevos inversionistas, principalmente neozelandeses, se ha hecho notar en el valor de la tierra. César Labbé, corredor de El Tattersall, cuenta que a eso se une el sostenido aumento del precio de la leche, que pasó de US$ 4 mil la tonelada en enero de 2010 a más de US$ 5 mil en enero pasado. Por lo mismo, muchos empresarios ven ahora la producción láctea como un negocio rentable. "Firmas como Manuka, entre otras, llegaron a una zona que no tenía precios altos y la valorizaron", agrega Subercaseaux.
Labbé explica que hace un año y medio una hectárea valía unos $ 2,5 millones. "Hoy cuesta fácilmente $ 4 millones", puntualiza, y la tendencia debería mantenerse así durante el resto del año. "Estamos en una curva positiva no sólo por los precios. Vemos interés, inversionistas chilenos y extranjeros preguntando por esta zona, pese a que los terrenos cada vez son más escasos", dice.
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