Amor, individuo y sociedad, según el señor y la señora Beck

<P>Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim ofrecieron dos conferencias en la U. Diego Portales. </P>




Se miran, bromean y se sonríen. Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim son matrimonio desde 1975 y son conocidos por el trabajo de cada uno: él, como figura de la sociología, cuyas caracterizaciones del cosmopolitismo, la globalización y la "sociedad del riesgo" han alcanzado amplio eco en la academia; ella, como investigadora de temas de la mujer y la familia. Y ambos, por separado, ofrecieron concurridas conferencias en Santiago, invitados por la Cátedra Globalización y Democracia de la U. Diego Portales.

Pero también son un equipo. En conjunto han publicado volúmenes como La individualización y El normal caos del amor, lanzado a principios de los 90 y que tendría eco dos décadas después con Amor a distancia. Temas y abordajes heterodoxos para las ciencias sociales.

¿Qué los llevo a investigar y reflexionar en conjunto?

EBG: Muchos de nuestros colegas en Alemania estaban diciendo que no pasaba mucho con la familia, que todo estaba igual. Y nosotros decíamos que no era la misma, que se estaba transformando.

UB: Los sociólogos y los cientistas políticos se jactan de andar preguntando cómo opera la reproducción del orden social y político y buscan sofisticadas demostraciones de que aún existe una sociedad de clases y de que el sistema se reproduce, etc. Y nuestro interés, desde el comienzo, fue mirar la transformación del orden social y político, la transformación de la familia. Transformación, no sólo en el sentido de un cambio, sino de las coordenadas del cambio.

Siendo el amor un concepto "no sociológico", ¿qué los ha llevado a publicar dos libros al respecto?

EBG: Ha habido un gran cambio en las condiciones de vida. Por ejemplo, en la movilidad geográfica por razones de trabajo. Si eres soltero, no hay problema. Pero si tienes una pareja, y uno se va y el otro se queda, o viceversa, es más difícil. Y lo es más aún si hay niños. En la sociología de la familia, por otro lado, ésta solía ser un hombre y una mujer, pero ahora puede ser una pareja gay o lésbica. Antes había una pareja casada y ahora no tiene que serlo. Pero hay un aspecto oculto: esta definición considera que todos los miembros de la familia viven juntos en un lugar. Y ya no es el caso, no sólo a nivel de la élite, sino también entre los inmigrantes.

UB: Esto me interesaba también por su relación con el aspecto cosmopolita. Las ciencias sociales están en buena medida capturadas por lo que llamo el "nacionalismo metodológico", que es herencia del siglo XIX, cuando se inventaron la nación y el Estado-nación. Todos sus conceptos están ligados al Estado-nación y todo se ve desde el punto de vista nacional. Y eso ya no funciona. No estoy diciendo que el Estado-nación no tenga importancia, pero no puede tener el monopolio epistemológico.

Ustedes han observado el aspecto "destradicionalizado" de las vidas modernas. ¿Qué viene después de la tradición?

UB: Pienso que, en parte, nos estamos "destradicionalizando" porque la tradición ya no funciona en relación con los temas y los problemas cotidianos. Y al mismo tiempo, la tradición está siendo reinventada. Por ejemplo, uno lo ve respecto de las relaciones sentimentales a distancia y con la propia celebración de los matrimonios.

EBG: Cuando hay parejas de diversas nacionalidades, sus familias vienen de distintas partes del mundo para la fiesta de matrimonio. Todos se ven, y se vuelven a ver seis meses más tarde, para la siguiente boda, y así se va estabilizando la familia.

UB: Vamos inventando tradiciones como un modo de crear lazos sociales.

¿Qué lugar ocupa la religión?

UB: Es un caso particular, porque, hasta cierto punto, la religión no está limitada territorial, nacional ni étnicamente. En lo que toca a las relaciones amorosas y las relaciones familiares, desempeña un rol importante. En este punto, se da una interacción entre la individualización y la transnacionalización. Si llegas a otro país, donde quizá no hables el idioma, puedes tener lazos muy fuertes con tu formación religiosa.

EBG: Desarrollas, de hecho, una afiliación más fuerte con la religión, como pasaba con los migrantes italianos en Alemania, que se reunían y conocían en las iglesias.

Pero cuando hablan del amor como religión secular se refieren a otra cosa.

UB: Lo que decimos es que para la gente secularizada del siglo XXI, el amor es tan importante que cumple funciones similares a las que ha cumplido la religión. El otro se convierte en un sacerdote a quien pides perdón por tus pecados. Es parte de tu esperanza de tener una vida celestial en la Tierra, etc. En el siglo XVIII o XIX la gente no tenía esas expectativas.

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