Ampliación del hábitat de la vinchuca podría hacer reaparecer el mal de Chagas
<P>Aunque el contagio vectorial se erradicó, el insecto sigue viviendo en zonas rurales cerca de las casas. </P>
La enfermedad de Chagas es provocada por un parásito (Trypanosoma cruzi) que infesta a insectos que se alimentan de sangre como la vinchuca. Al picar al hombre, el parásito pasa del insecto a la sangre del ser humano.
Según la última Encuesta Nacional de Salud (2010) este mal afecta al 0,7% de la población, con una prevalencia de 1,5% en zonas rurales y de 0,6% en urbanas. Por regiones, Atacama tiene la mayor prevalencia con un 4,7% de la población infectada.
En Chile, se han descrito cuatro tipos de vinchucas, tres silvestre y una doméstica. Esta última, conocida como Triatoma infestans fue por años el principal vector hasta que se erradicó de las casas.
Pero erradicación no es sinónimo de inexistencia, dicen los especialistas y aseguran que el riesgo de la enfermedad sigue.
De acuerdo al Ministerio de Salud (Minsal), cada año se reportan entre 800 y mil personas infectadas, pero pueden haber mucho casos sin diagnosticar.
Inés Zulantay y Werner Apt, expertos del Laboratorio de Parasitología Básico-Clínico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, creen que existe una subnotificación, principalmente por ruralidad y falta de sospecha médica. En trabajos previos, han demostran que por cada caso detectado en familias de zona endémica, existen otros tres miembros infectados.
La enfermedad causa algunas molestias generales a los pocos días después de la infección (fiebre, dolores, inflamación del hígado). Pero una vez en el organismo y tras años sin síntoma, el parásito puede causar daño crónico en el corazón y el sistema digestivo y en algunos casos, la muerte.
La jefa del Departamento de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud, Tania Herrera, aclara que desde el año 2000 el país está certificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)como libre de la transmisión vectorial de la enfermedad y aunque el vector sigue presente entre la región de Arica y Parinacota y la de O'Higgins, hoy la principal vía de contagio es de madre infectada a hijo.
"Se ha erradicado al vector, pero hay algunos reservorios de T. infestans silvestres. Se han encontrado vinchucas en Calera de Tango, Colina, Lampa que están infestadas y viven en el peridomicilio alimentándose de la sangre de roedores. También en el norte", indica el académico e investigador del Instituto de Entomología de la UMCE, Daniel Frías.
Según él, hay riesgo de contagio directo en personas que salen de picnic, o pasean y hacen deporte en zonas donde habitan estos insectos. Él mismo ha encontrado insectos (M. spinolai) en las bancas del Parque Nacional Fray Jorge. La otra especie silvestre M. gajardoi, que también vive en el desierto costero del norte, se alimenta de mamíferos, aves y reptiles, anda cerca de los roqueríos. "En general, las vinchucas son de ambientes más bien secos, templados, aunque resisten altas temperaturas y pueden pasar hasta seis meses sin comer.
Cambio climático
"En Chile hoy estamos libres del contagio a través del vector. Pero con el cambio climático, estos insectos pueden habitar un poco más al sur donde las personas no los conocen y no estarán tan atentos a ellos. Se deben seguir con las exploraciones periódicas", dice Waldo Armstrong, presidente de la Sociedad Chilena de Zoonosis.
Esa vigilancia la realiza las seremis de salud. Los insectos que recolectan son enviados al Instituto de Salud Pública (ISP) para su análisis. Entre 2005 y 2013, el Laboratorio de Entomología del ISP recibió 5.475 insectos triatominos (vinchucas y otros que se alimentan de sangre de vertebrados). La mayoría provenía de las regiones de Valparaíso, Metropolitana, Atacama y Antofagasta. El 73,5% eran T. infestans y de ellos casi el 50% estaba infestado con el parásito.
"Tener 50% de las vinchucas infestadas es una cifra alta. El estado de infestación depende de la edad de la vinchuca. Cuando son individuos adultos casi el 80% tiene el parásito. Ese porcentaje nos dice que es muy riesgoso ser picado por una vinchuca en particular por la infestans", dice Mauricio Canals, académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile.
"El riesgo de que la vinchuca T. infestans vuelva a habitar la casas es permanente. Hoy está prácticamente erradicada de las casas pero se encuentran focos silvestres muy cerca de ellas, asociadas a plantas como el chagual o puya chilensis donde se alimentan de roedores. Al desplazarlas, han disminuido su número pero siguen ahí", dice Canals. "Con el cambio climático global se espera que exista un desplazamiento hacia el sur del país, que se está volviendo más seco. En teoría, porque no tenemos un modelo ni investigación específica para determinar cómo sucedería este avance", dice.
Según Apt y Zulantay, estudios sostienen que el cambio climático afectaría la densidad de las poblaciones de insectos y también el porcentaje de infección por T. cruzi. "Durante eventos de El Niño, aumenta la población de mamíferos y vectores, facilitando la infección por el parásito", señalan.
"En la actualidad no es infrecuente la intrusión de ejemplares aislados de M. spinolai en viviendas rurales procedentes de corrales de cabras, gallineros o pircas cercanas. Es importante que la población esté en conocimiento que las vinchucas se encuentran en áreas rurales de regiones descritas", concuerdan Apt y Zulantay.
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