Ansiedad y euforia marcan el debut de Rihanna en Chile
<P><I>Miles de fanáticos hicieron fila durante horas -e incluso días- para ver el primer show de la estrella pop en la capital, que anoche repasaba todos sus éxitos en el Estadio Nacional. </I></P>
Los más de 20 mil boletos que despachó en su primera hora a la venta, en junio pasado, fueron la primera señal clara de la gran expectación del público local ante la visita de Rihanna. Y ayer, en la previa al primer concierto de la estrella barbadense en la capital, ese entusiasmo se trasladó al Estadio Nacional, que cinco horas antes del inicio del show ya lucía lleno casi a la mitad.
Fueron cerca de 20 mil personas las que ingresaron al recinto de Ñuñoa a las 16.20 horas, cuando la producción del evento, en conjunto con Carabineros, decidió abrir las puertas antes de lo programado -se había anunciado el ingreso para las 17.00- y permitir la entrada de una multitud que llevaba varias horas en la calle y bajo el fuerte sol que se sintió en Santiago. Lo que siguió fue una estampida en busca de la mejor ubicación, compuesta mayoritariamente por mujeres, pero de edades diversas: desde niñas pequeñas acompañadas por sus padres hasta universitarias y adultas jóvenes que llegaron en grupo al estadio, luciendo poleras y cintillos alusivos a su ídola.
Antes, cerca de las 14.00 horas, los organizadores permitieron pasar el primer acceso a un grupo reducido de asistentes en avenida Marathon, aquellos con entrada para la localidad Diamond -la más cercana al escenario-, luego de varios días pernoctando en el lugar con el fin de conseguir una ubicación privilegiada. Luego de un buen tiempo, los sacos de dormir y las vigilias de varias noches volvieron a instalarse en el Nacional.
El encargado de calmar la espera fue el rapero estadounidense Big Sean, quien inició su presentación a las 21.00 horas. En ese instante, el coliseo ya estaba casi lleno.
Puesta en escena
A eso de las 15.00 horas, quienes merodeaban por el estadio pudieron escuchar desde el interior la música y la voz de Rihanna, como parte de la prueba de sonido del show. La segunda, después del ensayo que se realizó durante la noche del lunes, en un ejercicio doble que deja entrever la necesidad de práctica de un grupo que no ha realizado giras este año, y que sólo bajó al sur para dos show puntuales: el de Rock in Rio del sábado y el de anoche en la capital, programado para las 22.20 horas.
Eso sí, lo que se escuchó en ambas pruebas no fue la voz de la intérprete de Diamonds, sino que las pistas de apoyo que ésta utiliza durante sus presentaciones. Ajena a toda la locura en Ñuñoa, la solista pasó su segundo día en Chile enclaustrada en el hotel W de Las Condes, donde la noche del lunes, luego de visitar una viña de Casablanca, participó de una fiesta privada junto a su numeroso staff de cerca de cien personas.
La idea de la estrella era llegar al estadio pocos minutos antes de su show. Una fiesta que se extendería hasta cerca de la medianoche.
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