Apnea severa aumenta riesgo de muerte prematura en 40%
<P>El estudio más completo sobre el tema, realizado por la Universidad John Hopkins, explica que esto se debe a la reducción de los niveles de oxígeno durante la interrupción del sueño en las noches. Una investigación efectuada en Australia también advirtió sobre los peligros mortales de este trastorno, pero en menor dimensión.</P>
Tal como el 40% de los chilenos que presentan algún trastorno del sueño, Fernando Bobenrieth pasaba el día con somnolencia y a veces roncaba por las noches. Un problema en apariencia común, pero que en realidad ocultaba una grave enfermedad.
La apnea del sueño tiene en Chile una prevalencia del 4% en los hombres y del 2% en las mujeres, quienes sufren durante la noche interrupciones súbitas de su respiración, cortando la oxigenación del paciente varias veces en la noche.
Este mal silencioso del que muchos no se dan cuenta, como fue el caso de Fernando, puede tener graves consecuencias. Así lo indica un estudio de la Universidad de Ciencias Médicas John Hopkins, de Baltimore en EEUU, que concluyó que las personas que sufren apnea severa aumentan su riesgo de morir prematuramente en 40%.
Más que un mal sueño
El seguimiento, realizado a más de 6.400 hombres y mujeres entre 40 y 50 años con síntomas de apnea leve, comprobó que al cabo de ocho años, la mitad de los pacientes había aumentado su enfermedad a niveles moderados o severos, y de ellos, 587 hombres y 460 mujeres murieron durante la muestra.
Esta conclusión se asemeja a un estudio similar realizado en Australia el año pasado, donde el riesgo de muerte, en una muestra menor, aumentaba en un 33%.
José Luis Castillo, neurólogo del laboratorio del sueño de Clínica Santa María, explica que el peligro de la apnea se encuentra en que, al igual que la diabetes, va produciendo daños vasculares que terminan causando, a temprana edad, enfermedades como hipertensión arterial, arritmia cardíaca, infartos cerebrales, entre otras, que pueden provocar la muerte. "Mientras una apnea leve puede tener de seis a siete episodios de pausa respiratoria por hora, una severa aumenta a 30 los episodios, lo que produce un descenso importante en el nivel de oxígeno en la sangre", explica el médico.
Lo que no se sabe a ciencia cierta es por qué afecta más a hombres que a mujeres. Una de las explicaciones es que hay tejido graso que se deposita en la cavidad nasal -l0 que explicaría que se dé más en obesos-, pero las cifras tienden a igualarse una vez que la mujer llega a la menopausia.
Problema en silencio
"Por un pariente que estaba en tratamiento me enteré de la enfermedad", señala Fernando, de 56 años, quien, como la mayoría de los casos que se reportan, no se había dado cuenta de que su problema era grave.
Los especialistas coinciden en que los síntomas de la enfermedad pueden llegar a confundir a la persona y hacerla creer que lo que viven es parte del ritmo de vida. "La mayoría de los pacientes no se da cuenta y viene porque la persona que duerme a su lado se percata de las anomalías", señala Larisa Fabres, neuróloga de Clínica Las Condes y especialista en trastornos del sueño.
La mayor señal que se puede sentir son los ronquidos, que bien pueden ser tan fuertes como para obligar a la pareja a cambiarse de pieza, o porque se cortan de repente, dejando al afectado sin respiración.
Finalmente, Fernando decidió ir al Centro del Sueño de la PUC para hacerse la polisomnografía, un complejo análisis que sólo puede realizarse mientras la persona duerme y donde se analiza tanto la actividad cardiovascular como la cerebral.
Su apnea aún no llegaba a ser severa, por lo que a través de un aparato llamado CPAP intentó superarla. Como no se acostumbró a esa terapia, mediante una operación en una fosa nasal terminó con la apnea.
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