Arco sobre Américo Vespucio

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Señor director:
Quiéralo o no, Cristián Boza, con alguna intención, se refiere a mi persona en dos de sus artículos en que polemiza con Héctor Valdés, con quien me une haber compartido nuestra oficina de arquitectos junto a Carlos Bresciani y Carlos G. Huidobro por más de 25 años.
En la primera ocasión, Cristián lo hace indirectamente al referirse a los proyectos realizados por nuestra oficina para la Caja de Empleados Particulares en Quinta Normal y para la S.A. Torres del Tajamar para el predio ubicado como remate del Parque Providencia.
En ambos casos supone, sabiendo que no es así, que ellos son proyectos personales de Héctor en los cuales, según él, éste no habría respetado las normas y armonías urbanas preexistentes en los respectivos lugares sobre los cuales actuamos estrictamente como arquitectos proyectistas. Aclaro que ambos predios fueron adquiridos por esas instituciones mucho antes de que se nos ofreciera ser los arquitectos de las obras que pensaban realizar.
Por tanto, no puede Cristián Boza juzgar lo obrado por nosotros como un manejo de Héctor sin referirse al conjunto de los arquitectos autores que, por lo demás, en ningún caso tuvimos otra actuación que ser los intérpretes de obras planificadas económica y socialmente por nuestros mandantes.
Ello muestra que nuestra oficina no protagonizó ni gestionó ninguna actividad para hacernos de los terrenos, y lucrar con ellos.
Pero, más allá del comentario anterior, me preocupa la mención que Cristián hace sobre mi persona en su carta del 26 de noviembre, en la cual me menciona como uno de los profesores que más influyeron en su formación profesional. Yo valoro el gesto de quien fuera un brillante alumno, pero deploro que en su artículo mezcle argumentos técnicos con ataques a la idoneidad de las personas, sugiriendo con ello que habría una diferencia en la capacidad profesional y sentido de la ética entre mi persona y mi ex socio, a quien admiro y le profeso toda mi amistad por su excepcional capacidad profesional y, más que ello, por la fidelidad a su vocación y a la solidaridad y amistad comprometida en nuestra oficina, que jamás sufrió ni el más mínimo desacuerdo en nuestras actitudes éticas mientras diseñábamos nuestras obras.
Entrego, entonces, mi parecer de que Cristián Boza ha hecho mal uso de los hechos, descalificando a las personas con quien polemiza para auto reafirmarse en lo personal, haciendo suposiciones y tergiversaciones de la realidad, en circunstancia que tiene todas las posibilidades de defender su proyecto con explicaciones transparentes de los hechos y los propósitos de su propuesta.
Fernando Castillo Velasco
Arquitecto

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