Áreas marinas protegidas

DURANTE LA inauguración de la Conferencia Internacional sobre los Océanos, que se realizó en Valparaíso, el Gobierno anunció la creación del mayor parque marino de la región en las Islas Desventuradas y una red de protección en Juan Fernández y la Isla de Pascua. Sólo la primera zona cubrirá casi el equivalente al territorio de Italia. Con ello el país triplica su superficie marina protegida, llegando al 27% de la zona económica exclusiva.

La medida es un paso positivo en el camino hacia la conservación de la biodiversidad marina. Además, está vinculada al compromiso asumido por Chile con la firma de la Convención de la ONU sobre Diversidad Biológica que acordó la protección del 10% de los ecosistemas más relevantes antes de 2020.

Sin embargo, para que el anuncio cumpla efectivamente su objetivo es importante despejar las dudas sobre la forma en que se velará por el cumplimiento de las medidas de protección y los costos económicos que podría tener. La actual norma -que entró a regir en 1991- establece que en los parques marinos está prohibido todo tipo de actividad excepto la que tiene fines científicos, y en las zonas protegidas -como las creadas en torno a Juan Fernández e Isla de Pascua- se permite la explotación siempre que ésta sea compatible con los objetivos de conservación. De allí la importancia de procurar el adecuado diseño de estos nuevos parques marinos.