Argucias progresistas

<br>




Señor director:
Ciertos comerciantes nos hacen creer que nos han empaquetado fruta de buena calidad, pero ya en casa, tardíamente, nos percatamos de que fuimos engañados. Similar argucia emplea el progresismo para "vender" sus proyectos, resaltando lo bueno. Así, la moción sobre el aborto terapéutico contiene una primera parte innecesaria, cual es el aborto no deliberado o indirecto, como consecuencia de intentar salvar la vida a la madre; eso es legal y moralmente lícito, por lo que sería innecesario legislar.
Lo cuestionable es su segunda parte, que atenta contra la vida de alguien gestado como ser humano, al que se le califica como inviable. "La fruta buena" les permite confundir a la opinión pública, difundiendo la idea de que su proyecto está de acuerdo, incluso, con la doctrina de la Iglesia Católica.
Algo similar ocurre con el Acuerdo de Vida en Común que, en los hechos, intenta otorgar un estatus similar al matrimonio para aquellas parejas del mismo sexo que han resuelto convivir.
Sin embargo, sus patrocinadores argumentan que lo que se desea es institucionalizar las uniones civiles, de modo de dar protección legal tanto a las parejas homosexuales como a las heterosexuales.
Pero ocurre que éstas últimas, libre y voluntariamente, han rechazado la protección que la ley les ofrece; no se entiende la necesidad de diseñarles una nueva normativa que igualmente podrían optar por desconocer.
La argucia de "mezclar la fruta" hace más digerible el proyecto de ley porque, se dice, no se estaría buscando institucionalizar la convivencia entre homosexuales, sino dar protección jurídica a todas las parejas mediante la figura de un matrimonio light. ¡Chapeau!
Miguel A. Vergara Villalobos

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.