Arquitecto portugués creador de estadios, museos y mercados gana el Premio Pritzker 2011
<P>Eduardo Souto de Moura recibe el galardón de US$ 100 mil, llamado el Nobel de la arquitectura. </P>
Desde hace dos años la orientación del Premio Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura, ha ido en una misma dirección: premiar el rigor y la sobriedad por sobre la espectacularidad de las obras. En 2009 el galardón lo ganó el suizo Peter Zumthor, famoso por su mirada minimalista y por escoger con pinzas sus trabajos; en 2010 los japoneses Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa destacaron por su simpleza y bajo perfil.
La tendencia se mantuvo este año. El premio, dotado con 100 mil dólares, recayó en Eduardo Souto de Moura, arquitecto portugués de 58 años, elogiado por su capacidad de combinar la tradición y la modernidad y por su uso de materiales naturales. "Su arquitectura no es obvia, frívola ni pintoresca. Está impregnada de inteligencia y seriedad", dijo ayer en un comunicado el jurado presidido por el inglés Peter Palumbo.
Figura clave de la generación del 90, Souta de Moura es el segundo portugués en ganar el Pritzker, luego de que en 1992 lo recibiera su maestro Alvaro Siza, con quien trabajó durante varios años. "Su originalidad no es gratuita, está basada en las raíces y la historia de la arquitectura portuguesa", comentó ayer Siza.
Entre las obras más conocidas de Souta de Moura está el Estadio de Braga, una imponente estructura de hormigón donde se celebró la Eurocopa 2004; la Torre de Burgos, de 20 pisos y terminada en 2007 en Porto, su ciudad natal, y el Museo Casa das Historias, dedicado a la obra de la pintora portuguesa Paula Rego: dos singulares pirámides de concreto con pigmento rojo que emergen en medio de un frondoso bosque.
El arquitecto chileno Alejandro Aravena, miembro del jurado por tercer año consecutivo, destacó la capacidad del portugués para sintetizar en un mismo proyecto simpleza y sofisticación, entre otras virtudes. "Logra acoger la vida cotidiana y la abstracción pura, el saber anclado en la tradición y responder al mismo tiempo al espíritu de los tiempos, sin nostalgia. Recuerdo que en mi época de estudiante en los 80, cuando el mundo celebraba el posmodernismo, estudiábamos el Mercado de Braga (obra de Souto de Moura), que era de una austeridad y atemporalidad reconfortante. Esas obras maduras eran las de un arquitecto de 30 y tantos años. Esa capacidad de escapar a las modas sigue siendo un sello distintivo de su rigor", dijo ayer, Aravena a La Tercera.
Egresado de la Escuela Superior de Bellas Artes de Oporto, Souto de Moura fundó su propio estudio en 1980. Ya más de 60 proyectos realizados, la mayoría en Portugal, como también en España, Italia, Alemania, Reino Unido y Suiza.
Entre sus obras, caracterizadas por combinar materiales como madera, piedra y aluminio, se cuentan casas familiares (construyó las viviendas del cineasta Manoel de Oliveira y del futbolista Cristiano Ronaldo), cines, centros comerciales, hoteles, oficinas, galerías de arte, museos y escuelas.
Según Alejandro Aravena, "la arquitectura de Souto de Moura le habla a la arquitectura chilena y latinoamericana. Trabaja con hechos concretos, con el peso de las cosas, con materiales capaces de envejecer bien. Arroja una luz nueva sobre problemas que siempre han existido. Nos recuerda que la calidad no requiere del nivel de recursos o de la importancia del encargo, sino de la intensidad de la pregunta que es capaz de construir".
Instituido en 1979 por el estadounidense Jay A. Pritzker, el premio es concedido por la Hytatt Foundation, que hoy preside su hijo Thomas. La ceremonia de entrega se realizará en junio en Washington D.C.
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