Arriendo de casas por 24 horas: El nuevo carrete de los jóvenes
<P>Arman grupo, se dividen los costos de casa y comida, y parten fuera de la ciudad para hacer una fiesta entre amigos y sin vecinos que reclamen por el ruido. </P>
"Sí, la dejan muy desordenada. Alguna vez hasta encontré colillas de cigarro en la piscina", dice Patricia López (48), dueña de una casa que queda en Horcón y que arrienda a universitarios por un día. O más bien, por una noche. ¿Dejaría de arrendárselas? No, de hecho compró una mesa de pool para hacerla aún más atractiva: "Les encanta y llegan directo a jugar. Es como el tesoro de la casa", cuenta con la experiencia de más de un año arrendando su casa sólo a jóvenes de para que hagan sus fiestas de 24 horas por $ 40.000. Es un buen negocio, y cada vez llegan más interesados.
Sus clientes tienen entre 20 y 23 años. La misma edad de los clientes de diferentes casas en el Cajón del Maipo (para los que viven en Santiago) o en Olmué (para los que viven en Viña del Mar y Valparaíso), que cada vez más llegan a arrendar casas para hacer sus propias fiestas y no preocuparse de la vuelta.
"En vez de pagar 20 lucas para estar un par de horas en una fiesta, mejor pagamos harto menos por cada uno y aprovechamos todo el día. Además, porque en las fiestas tan masivas generalmente termina cada uno por su lado", dice Estephanie Barilari (22), que junto a un grupo de 12 amigos parte a las fiestas que arman en una de casa que arriendan de Olmué, por $ 40.000.
Y sus viajes no consideran exclusivamente fechas como la del Año Nuevo o el 18 de Septiembre. Las fiestas son cada fin de semana que puedan y que no esté ocupada la casa por otros jóvenes que la reservaron antes.
¿Por qué tanto viaje? Primero por lo que ya está dicho, por la misma plata carretean más tiempo, pero además, cuentan que lo bueno es que comparten sólo con quienes quieren estar, es más seguro, porque no se preocupan de la vuelta, todos alojan en el mismo lugar.
¿Le tienen mucho cariño a Olmué que es ahí donde los de Viña mayoritariamente arriendan? No, lo que pasa es que Olmué pueden tener la música a todo volumen sin que los vecinos molesten. ¿Y eso? No hay vecinos. La casa que arriendan por una noche está más bien aislada.
Por eso mismo, Felipe Muñoz (20) va a hacer fiestas desde hace más de un año a Olmué con sus amigos de la universidad: "Vamos allá, porque es más campestre, las casas son más grandes y los vecinos no molestan, porque están alejados". Sobre su grupo, cuentan que parten siendo seis, "pero siempre llegan amigos de amigos o primos y terminamos siendo como 15". Los de Santiago, en tanto, prefieren el Cajón del Maipo. Y van muchas veces, como Valentina González (22) que ha ido en cuatro oportunidades con sus amigos, "por un tema de cercanía".
Pero el éxito del carrete no está sólo en la casa y el aislamiento. También está en su planificación y para eso está Facebook, en donde se ponen de acuerdo en quién lleva qué. Después dividen la plata de la bencina y las tareas domésticas. Sobre el grupo, la norma en todos los casos es que sólo lleguen personas conocidas por todos, pero se aceptan pololos/as.
Después, a escoger la mejor casa para carretear: que tenga piscina, mesa de pool, quincho para hacer asado y hartas piezas. Y más tarde el ritual de comprar la comida (habitualmente tallarines) y llegar a las 12 del día para aprovechar el arriendo y comenzar, tipo 20 horas, con la fiesta que termina a cualquier hora de la madrugada siguiente en la piscina. Después unas tres horas durmiendo y la vuelta.
"Comencé a arrendar mi casa pensando en familias, pero me di cuenta de que le podía sacar más provecho arrendándola a estudiantes", explica Patricia, feliz con el negocio.
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