Aumento de delitos de mayor gravedad

El temor de la población a ser víctima de la delincuencia es justificado y no una mera percepción de inseguridad.




EL BALANCE Policial 2015, dado a conocer por el Ministerio del Interior junto con Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones, arrojó que los delitos de mayor connotación social experimentaron una baja de 3% respecto del año 2014, pasando de 614.030 a 595.877 casos, lo que correspondería a la cifra más baja en seis años. Autoridades de Gobierno interpretaron la noticia como un avance en la lucha contra la delincuencia y que el temor ciudadano respondería a una percepción de inseguridad producto del impacto que provocan los medios de comunicación y las redes sociales.

La disminución del número de delitos es valorable, logro en el que seguramente han incidido la labor que han efectuado las policías y políticas específicas implementadas desde el propio Gobierno. Sin embargo, es motivo de preocupación que los delitos de mayor gravedad -y que por tanto impactan más a la población- siguen mostrando una tendencia al alza. El mismo balance policial señala que si bien en la mayoría de los delitos las cifras arrojan disminuciones, como por ejemplo lesiones o hurtos en la vía pública, el robo con violencia e intimidación aumentó de 52.807 en el año 2014 a 54.224 en el 2015 y a su vez, los robos con fuerza en la vivienda pasaron de 70.613 en el 2014 a 71.505 el año recién pasado.

Este aumento en los delitos de mayor gravedad es consistente con otras mediciones, como por ejemplo la última de la Fundación Paz Ciudadana-Adimark, según la cual en 56 comunas del país el robo con violencia aumentó significativamente, mientras que los delitos contra la propiedad siguen siendo superiores respecto del nivel que registraban a comienzos de la década.

Hay otras consideraciones que cabe tener en cuenta. El Balance Policial entregado por el Ministerio del Interior está basado en estadísticas de casos policiales, es decir, la suma entre las denuncias realizadas y aprehensiones en flagrancia de los delincuentes, por lo que parte de la disminución general que muestra el número de delitos puede estar condicionada a factores externos, como por ejemplo la voluntad que tienen las personas a denunciar en el caso de haber sido víctimas de la delincuencia. Según la última encuesta Paz Ciudadana-Adimark, la cantidad de hogares víctimas de hurto o robo que hizo la denuncia bajó durante el 2015. Asimismo, la actividad policial dirigida a aprehender en flagrancia también puede variar a lo largo del tiempo o dependiendo de las comunas.

Por ello resulta precipitado aseverar que la delincuencia está disminuyendo y que el temor podría ser un asunto de meras percepciones. Es un hecho que la delincuencia sigue siendo un fenómeno aún muy presente y que el temor de la población a ser víctima es algo real. Ello se refleja en que distintos sondeos de opinión coinciden en colocar a la delincuencia entre las principales inquietudes de la ciudadanía. La disminución en general de los delitos es un hecho valioso, pero aún lejos de ser satisfactoria en tanto los delitos de mayor gravedad continúen en alza. Para lograr avances efectivos es indispensable terminar con los niveles de impunidad que hoy se observan, producto de debilidades en la investigación  policial y una insuficiente labor de la Fiscal.

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