Aumento de influencia económica iraní en Irak desata preocupación de EE.UU.
Los vínculos entre Irán e Irak, antiguos enemigos en los 80, no sólo se reducem a que ambos países tienen una mayoría de población de musulmanes chiítas, sino que se deben al hecho de que, durante los últimos años, los iraquíes sienten el peso creciente de los iraníes en sus bolsillos, lo que ha generado inquietud en Washington.
Así lo sostiene la agencia norteamericana The Associated Press, según la cual los riales iraníes cambian de mano con la misma facilidad que los dinares iraquíes en los viejos bazares de la ciudad santa de Kerbala, "con sus callejuelas atestadas de peregrinos que arriban en autobuses fletados por el gobierno de Teherán".
También, las estanterías de los locales comerciales están repletas de pasta dental y cosméticos fabricados en Irán. "Los frascos de champú iraní marca Sehat se venden como pan caliente", señaló AP.
Gracias al comercio iraní, Irak ha concretado una serie de inversiones clave en medio de la guerra. Incluso, bancos iraníes que están en la "lista negra" de Washington abren sus sucursales en Irak, mientras se firman varios pactos multimillonarios.
La influencia iraní en Irak ha gatillado una fuerte preocupación en Estados Unidos. Según Associated Press, se trata de una pulseada política y económica que EE.UU. podría perder, aunque la reconstrucción de Irak requiere, en estos momentos, de una suerte de "matrimonio por conveniencia".
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