Aysén: lugareños y científicos hallan nuevos asentamientos chonos

<P>Por primera vez en la XI Región se incorporó la memoria oral en trabajos científicos.</P>




Un velo de misterio ha rodeado los sitios sagrados que los pueblos originarios del litoral de Aysén convirtieron en cementerios y lugares de acopio de herramientas y alfarería. Sin embargo, recientes exploraciones en las islas de Melinka, Gala y Gaviota descubrieron siete sitios de ocupación indígena, pertenecientes a los Chonos, que datarían de hace cinco mil años.

En los canales y fiordos de Aysén estos pueblos nómadas, que habitaron la zona austral hasta fines del siglo XVIII, se dedicaron a la caza del lobo marino y la pesca, tareas realizadas por los hombres, mientras la recolección de algas y mariscos quedaba en manos de las mujeres.

Pedro Tarumán, representante de la Asociación Indígena Mawun Mapu de Puerto Aysén, encabezó el proyecto de Registro Participa. tivo, que busca levantar información sobre la ocupación indígena en el litoral, iniciativa financiada por el Fondart y apoyada por la Conadi regional.

"Hemos sacado muestras con especialistas en los recorridos por la costa, para así justificar que este territorio, al no estar dentro de la ley indígena, pueda ser considerado como patrimonio. Se encontraron algunos indicios como piedras, con las que fabricaban hachas, puntas de flecha y otros", comentó Tarumán.

Durante seis meses, profesionales del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (Ciep) encabezaron un equipo de arqueólogos, antropólogos y representantes indígenas para implementar un proceso de prospección arqueológica en zonas reveladas por los habitantes del litoral. Hasta hoy, estos sitios, concentrados en la zona norte de Aysén, se mantienen sin indicios de intervención humana.

"Mediante este proyecto, la asociación indígena le dice al mundo científico que el conocimiento local también es relevante, pues los pobladores del litoral, los pescadores artesanales y las familias indígenas mantienen una memoria, conocen ciertos lugares y los cuidan, los protegen con su silencio", afirmó Mauricio Osorio, antropólogo social e investigador del Ciep.

El catastro -que incluye conchales, herramientas y restos óseos- busca quedar al amparo de la Ley de Monumentos Nacionales, que estipula que los monumentos arqueológicos descubiertos en investigaciones científicas pertenecen al Estado, al igual que las piezas paleontológicas y los lugares donde se hallaren.

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