Bares de cueca: el otro tour de los extranjeros por Santiago

<P>Antes de viajar se informan sobre los lugares emblemáticos donde suenan fuerte las cuecas urbanas y las bravas en la capital.</P>




Diez de la noche en el Bar Victoria, y en una de las mesas del lugar dos pañuelos esperan ser ondeados por una pareja de españoles que aguarda que los boleros dejen de sonar para hacer su entrada a la pista.

Es la primera vez que Marcela Riveros y Luis Martínez están en este bar -también conocido como Disco Cueca- que vibra de jueves a sábado al son del canturreo bravo en Pedro Aguirre Cerda. "Algo había escuchado de este baile, pero no lo conocía y menos lo había bailado. Tiene mucha picardía", dice Marcela.

De fondo se escuchan Los del lote, la banda encargada de poner un poco color a la noche. Pasadas las 11 de la noche, anuncian el comienzo de la fiesta chilena y esta pareja es la primera en salir a la pista. Es la hora en que el recinto se transforma en una discoteque cuequera.

Son cerca de una decena de locales que tocan esta melodía entre sus cuatro paredes, pero tres de ellos los que se han ido posicionando en la ruta de los extranjeros cuando visitan la ciudad. Sernatur y otras organizaciones que se dedican a la promoción del turismo en Santiago, como la Bicicleta Verde, mencionan al Bar Victoria, al restaurante El Huaso Enrique y al Club Matadero, entre sus hitos a visitar.

El socio fundador de Bicicleta Verde, Joel Martínez, señala que estos lugares son parte del circuito de espacios donde la cueca se vive todos los días del año. Además, están insertos en algunas rutas turísticas, como El Huaso Enrique, que está presente en una ruta patrimonial turística elaborada por Sernatur y la Municipalidad de Santiago.

La dueña del Bar Victoria, Ana Luz Contreras, agrega que la visita de extranjeros aumentó en su bar luego de que en abril de este año saliera una nota de su local en la revista de una línea aérea. "Una vez llegaron unos mexicanos con la revista en la mano diciendo que querían conocer la primera 'disco cueca' de la ciudad", dice Contreras, quien explica que "los gringos" son más desinhibidos y atrevidos que los capitalinos y que no tienen miedo a hacer el ridículo. "Son medios tiesos, sobre todo los japoneses que les cuesta más. Los centroamericanos son muy sensuales", agrega.

Así lo demuestra en la pista del Victoria, Miriam Herrera, quien llegó de Colombia hace 10 años por amor y terminó enamorándose de la cueca brava. "Cuando conocí la urbana me encantó. Es un baile muy generoso, lleno de estilo y de vida. En esta, es la mujer la que manda y eso me gusta", dice mientras se roba las miradas masculinas.

Aterrizaje en Franklin

El sábado es del Club Matadero. Este lugar que existe hace más de tres años, está ubicado en el segundo piso de una ex fábrica textil del barrio Franklin, en la Factoría Rosa, y es donde, por excelencia, se aprenden los mandamientos de la cueca brava. También, a escuchar a las bandas que se han dedicado a tocarlas.

Ricardo Silva, músico, creador y administrador del club, ha notado más presencia de extranjeros en su local desde hace dos años, pero dice que no sabe cómo llegan. "El extranjero es muy observador. Mira cada paso. Además, se acerca a la barra y pregunta qué tomar. Como saben del Terremoto, se vuelven locos tomándolo. Claro que así mismo es cómo terminan después", bromea Silva.

Al dueño de este sitio cuenta que a ellos les interesa mostrar esta cultura a los compatriotas, pero también a los gringos "para que conozcan el Santiago real y popular". Por eso, están creando una ruta turística con una agencia de viajes, denominada La ruta brava del Matadero. El Chile popular, un circuito que contemplaría un recorrido a pie por el sector de Franklin y el barrio Huemul. "Tenemos la certeza que nos irá bien porque el turista siempre pregunta dónde está la gente de verdad, cuando los llevan a Providencia a comer, por ejemplo", asegura Silva.

Harvard donde Enrique

El restaurante El Huaso Enrique, en pleno barrio Yungay, parece más vigente que nunca. Es uno de los principales exponentes de la tradición cuequera y hasta allá llegan quienes quieren aprender la danza local.

Según su relacionadora pública, Marcela Sandoval, cada día son más los extranjeros que lo visitan. De hecho, explica que por un convenio de palabra que tienen con una coordinadora de los estudiantes de Harvard que hacen su pasantía en Santiago durante un año, reciben grupos numerosos ansiosos por aprender este baile. "Vienen japoneses, estadounidenses, coreanos y australianos. Lo que más les llama la atención son los pasos. Se concentran mucho para luego tratar de imitarlos", señala.

Es por eso que este restaurante recogió el guante y para el 31 de este mes organizó una gran fiesta en su local. "Queremos celebrar a todos los que pasaron agosto", ríe Sandoval. Será entonces cuando el ejército de Harvard llegue a cantar el himno nacional y a jugárselas por un pie de cueca.

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