Battlefield, el juego que se practica al aire libre en Chicureo
<P>Hace unos meses llegó a esta zona de Colina la versión "en vivo" del famoso videojuego de estrategia militar. </P>
Los seguidores de los juegos de consola y de computador lo conocen como uno de los programas de estrategia militar más entretenidos. Frente a la pantalla de TV y con el joystick en la mano, resulta toda una aventura intelectual rescatar a un rehén, por ejemplo. Desde hace unos meses, la noticia para los incondicionales de Battlefield es que ellos mismos pueden ser protagonistas del juego. En un terreno de tres hectáreas en Chicureo (kilómetro 8 de la Carretera San Martín) está el campo de batalla real para que dos grupos rivales se enfrenten usando armas que disparan rayos de luz infrarroja.
"Desde 2004 que soy fanático del Battlefield para computador y ahora que conocí esta nueva modalidad ya he ido a jugar tres veces con mi grupo de amigos", cuenta Juan Ignacio (35).
Al llegar a este predio de Chicureo los participantes se colocan tres sensores, uno en la frente, otro en la nuca y un tercero que va en el arma que se le entrega a cada uno. Corriendo en medio de una casa derruida y matorrales, van disparando rayos infrarrojos que alcanzan una distancia promedio de 30 metros, buscando apuntar a los sensores del equipo contrario.
Las armas "avisan" los disparos recibidos o acertados. Por ejemplo, cuando alguien recibe un sexto impacto, la pistola emite una especie de alerta que significa que estás muy herido: casi siempre se juega con un máximo de ocho vidas.
Al recibir un impacto "fatal", el arma emite un sonido más fuerte y se bloquea. La persona pasa al "cementerio", una banca al borde del campo de batalla desde donde puede observar cómo sus compañeros continúan la misión, que dura entre 10 y 15 minutos. Durante la hora de juego que se paga se pueden abordar unas cuatro o cinco misiones diferentes, como rescatar un rehén en manos del enemigo o recuperar un fuerte.
Made in Australia
La versión "en vivo" de Battlefield surgió en Australia y goza de gran popularidad en su país de origen, España y Estados Unidos; en este último caso, específicamente en la ciudad de Orlando. "Lo defino como un paintball tecnológico, porque usa rayos en vez de bolas de pintura: no hay dolor. Tampoco manchas", explica el gerente comercial de Battlefield Live, Juan Pablo Alvarez.
Durante el tiempo que lleva en Santiago, el juego ha incrementado su demanda en un 180%. Dos cosas lo hacen especialmente atractivo: no tiene límite de edad (se puede jugar desde los ocho años hacia arriba) y los equipos pueden formarse con tan sólo un integrante por lado, aunque el ideal son cinco "combatientes" por equipo. "Vienen familias completas, abuelos incluidos. Un día llegaron con una abuela en silla de ruedas, quien se desempeñó como francotiradora desde una trinchera. Y lo hizo muy bien", cuenta Alvarez.
No sólo se animan familias y grupos de amigos. También cumpleañeros con sus invitados -en el lugar hay una especie de galpón militar con mesas y sillas para complementar la celebración- y grupos de empresas que con esto profundizan habilidades, como el trabajo en equipo y el liderazgo.
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