Bisnieto de Tolstoi: "La ruptura con su familia fue muy fuerte"
<P>Nació en la nobleza y quiso morir como pobre. A 100 años de su muerte, Alexander Tolstoi relata los últimos días del autor de <I>La guerra y la paz</I>. </P>
El viento entra por los vidrios rotos del tren. El invierno cubre de blanco los campos de Rusia y el vagón de tercera es un congelador. Un frigorífico maloliente, saturado de humo de cigarros y del hedor de los abrigos de los campesinos. León Tolstoi sale varias veces al descanso que hay entre los carros para tomar aire fresco. Va rumbo al sur, al soleado Cáucaso, pero no logrará llegar. El frío hiere sus pulmones. Tiene fiebre. No puede seguir. El médico que lo acompaña lo hace bajar en Astapovo. El jefe de estación le cede su cama. Hasta allí alcanzará su fuga.
Días atrás, Tolstoi había dejado su casa en Yasnaia Poliana. A las cinco de la madrugada del 10 de noviembre de 1910, el escritor abandonó el hogar donde nació. Tenía 82 años. "Mi situación en casa se ha vuelto intolerable", anotó en una carta para su mujer, Sofía. "No puedo vivir en las condiciones de lujo de siempre, y hago lo que hacen habitualmente los ancianos de mi edad, dejar el mundo para vivir en soledad y recogimiento los últimos días de su existencia".
La relación entre el autor de Ana Karenina y su mujer era insostenible. Abrazando ideas anarquistas y cristianas, se oponía a la propiedad privada. Por influencia de su asistente Chertkov, deshereda a su familia. Lega los derechos de su obra a la Humanidad. Sofía, que le había dado 13 hijos y corregido La guerra y la paz, no estaba de acuerdo.
"El ya había intentado irse antes, una noche que descubrió a Sofía buscando su diario íntimo. Ella quería saberlo todo", cuenta a La Tercera Alexander Tolstoi, bisniesto del escritor. "Y la noche que decidió abandonarla, la escuchó buscando su testamento. No aguantó más. Pero no tenía que morir aún. Unos días antes montaba a caballo, se bañaba en el arroyo y Ud. puede imaginarse cómo son los arroyos en Rusia. Pero el 10 de noviembre hubo un frío bárbaro, el tren no tenía calefacción y agarró una neumonía".
La vida de Tolstoi, dice, parece una novela. Nació en 1828, con los lujos y privilegios de una familia de la nobleza, y durante su juventud vivió como un dandy. "Cuando joven era un pituco, se vestía como la aristocracia, con guantes, abrigos finos con cuello de castor. Iba a los salones, se mostraba. Le gustaban mucho las mujeres y el juego. A los 27 años escribió su primera obra maestra (Infancia, adolescencia, juventud). Se hizo famoso y ganó mucho dinero. Y cuando había vivido dos tercios de su vida, entró en una crisis espiritual".
El placer y la culpa
Alexander Tolstoi nació en Francia, pero hace un par de años se instaló en Punta del Este, Uruguay. Es un testimonio vivo del destino que siguió la familia tras la muerte del patriarca, siete años antes de la Revolución Rusa. "Fue muy difícil para todos. En 1917 mi abuelo se fue a Francia con su mujer y seis hijos. Era músico y pudo vivir de eso. Tolstoi era progresista, pensaba en el bien de la humanidad. Si hubiera sabido que la revolución iba a ser tan violenta y cruel, tal vez no habría dejado a su familia sin dinero".
Pero en 1910 Tolstoi tenía su propio credo. Después de dedicarse al juego, participar en la Guerra del Cáucaso, perseguir a campesinas y gitanas y publicar dos obras maestras, proclama renunciar a todo. "Creía que cada uno debe ganar el pan con el sudor de su frente. Había desarrollado una moral de oposición a la Iglesia, a la propiedad, a la violencia", dice Alexander. Pero era de carne y hueso. No un santón.
"El problema de Tolstoi es que tenía una potencia sexual muy fuerte. Es algo común a los grandes creadores. Tolstoi no se podía controlar. Tuvo 13 hijos, ocho sobrevivieron. Cada vez que libraba el acto sexual, se arrepentía. Pedía perdón a Dios. Como todo ruso, vivía entre el placer y la culpa. La cosa se magnificó cuando tuvo la crisis. Quiso imponer sus ideas a su esposa. Quería que viviera como vegetariana, que se vistiera como los pobres, que se despojara de todo. Ella no quería. Sus hijos tampoco. Hubo una ruptura muy fuerte".
Tolstoi trabaja con los campesinos, aprende a fabricar sus propias botas, lleva barba de profeta y camisa de siervo. Tiene una corte de discípulos, entre ellos Chertkov, más tolstoiano que Tolstoi.
Chetkov "lo empujó a desheredar a la familia", recuerda Alexander. Respeta la voluntad del patriarca, dice, pero piensa que no fue justo con su esposa. Al final, Tolstoi se había distanciado de los suyos.
"Sofía está cada vez más y más irritable", escribió en su diario antes de partir. Sus cómplices fueron su médico y su hija Sasha, a quien dejó la carta para su mujer.
La noticia de la fuga del escritor más célebre de Rusia corre por el país. Tolstoi cae delirante en la cama del jefe de estación de Astopovo. Chertkov y su hija Sasha son los primeros en llegar. Luego Sofía. Y un enjambre de fotógrafos, periodistas y curiosos. Siete médicos lo cuidan, pero "entonces no había cura", recuerda Alexander. El 20 de noviembre de 1910, Tolstoi muere. "Su funeral fue muy conmovedor. Van millones de personas de toda Rusia", dice el bisnieto. Sus restos son enterrados en Yasnaia, Poliana, en una tumba sin cruz.b
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