Björk en el MoMA: el viaje sonoro y emotivo de la chica de hielo
<P>El Museo de Arte Moderno de Nueva York dedica una retrospectiva a la trayectoria de la cantante islandesa.</P>
Es común ver a Björk en Brooklyn Heights yendo a buscar al colegio a su hija de 12 años, Isadora. Siempre va de amarillo fluorescente, color que asocia con la curación y la transformación. En el arte de su nuevo disco Vulnicura, la cantante aparece ataviada con plumas amarillas y púrpuras, porosas como pelos de araña, y a corazón abierto. Se golpea el pecho hasta que salta lava azul incandescente. Las imágenes remiten a la arrolladora naturaleza de su país, Islandia, y a la ruptura en 2013 con su pareja de 15 años, el artista visual estadounidense Matthew Barney.
"Ha sido lo más doloroso que jamás he experimentado… No soy capaz de escuchar las canciones, no sé cómo lo haré para interpretarlas en vivo", ha dicho la voz de Violently happy. La intérprete comenzó un proceso de duelo decantando ese dolor en sus nuevas canciones como si fuesen un diario íntimo, se radicó en Nueva York y acompañó su más reciente disco con la apertura de una gran retrospectiva en el MoMA.
La exhibición es intensa y tecnológica. En lugar de los clásicos cuadros del MoMA aparecen una serie de parlantes dentro de una claustrofóbica caverna volcánica. Cada producción musical de Björk es representada en un espacio temático con diferentes materiales, colores y retazos de vida. Los audífonos del audioguía, conectados a Bluetooth, identifican en qué álbum se encuentra el visitante y despliegan las sonoridades correspondientes a cada disco y al segmento de la biografía de Björk ficcionalizada por el escritor islandés Sjón. Es una alucinación auditiva y visual que recorre 22 años desde su primer álbum, Debut (1993).
Este viaje lisérgico culmina en una instalación construida especialmente para el MoMA donde se exhibe el rocoso video de la canción Black Lake, influenciado por las psicoanalíticas películas de Ingmar Bergman. Björk quería que fuera un espacio lleno de texturas, interno y orgánico. "¿Me podrían diseñar una habitación que se sienta como si estuvieras en el intestino de alguien?", le pregunto a los técnicos del MoMA.
"Esta es la canción más dura del disco para mí, fue escrita tres meses después del divorcio… Tienes una cicatriz en tu corazón, pero estás también en la pista de baile en éxtasis. Ambas emociones son igualmente verdaderas. La salvación viene a través del dolor, a través de la luz que le sigue", ha dicho Björk sobre el video, filmado en su tierra natal, donde se sumerge en una grieta geológica de ceniza negra.
Islandia se ubica entre las placas tectónicas euroasiática y de América del Norte. En un parque nacional llamado Thingvellir, las fallas y cañones de origen volcánico están a la vista en las cercanías y en las profundidades del lago Thingvallavatn. Hace mil años, los vikingos tuvieron ahí su parlamento. Alrededor de ese lugar, Björk tiene una pequeña cabaña, un refugio. En ese paraje de estética lunar se filmó el impactante video de 10 minutos de duración.
Pisando hielo
La muestra es un diario de vida abierto que se va desplegando desde cuadernos con letras de canciones escritas de puño y letra por la cantante hasta una muñeca con el peludo chaleco gris de la portada de Debut. Un surrealista maniquí transparente luce el traje de perlas diseñado por Alexander McQueen para el video Pagan Poetry y un clon a escala de Björk lleva puesto el recordado vestido-cisne que usó en la alfombra roja de los Oscar 2001, junto a dos huevos de ganso.
En la entrada del museo se ubican los estrambóticos instrumentos musicales de Biophilia. Las ruidosas bobinas electromagnéticas, inspiradas en el inventor Nikola Tesla, rompen el silencio y solemnidad del MOMA y combinan a la perfección con los apabullantes vestidos de la diseñadora Iris van Herpen inspirados en imágenes de microorganismos.
En un cómodo e informal cine rotativo, con cojines en el suelo, se proyectan sus creativos videos dirigidos por Spike Jonze (It's Oh So Quiet, un homenaje a los musicales donde baila hasta un buzón), Chris Cunnigham (el sexual y robótico All is Full of Love) o Michel Gondry. En ellos, la cantante se transforma en oso polar (Hunter) y en un gusano de seda rojo (Cocoon) o se prepara un huevo frito (Venus as a boy).
La emotiva retrospectiva, que incluye la escena musical de la película Bailarina en la oscuridad, termina con Stonemilker, el primer single de Vulnicura, el más oscuro y desgarrador de su carrera coproducido por el versátil músico venezolano, residente en Londres, Arca (Alejandro Ghersi).
La estética de Björk ha sido calificada por muchos de extravagante. Ahora el MoMA reconoce su lugar en la cultura contemporánea.
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