Blair dice que posición francesa fue clave en el rechazo de Lagos a guerra de Irak
<P>En sus memorias, "A Journey", el ex primer ministro británico trata de manera elogiosa al ex Presidente chileno. </P>
El ex primer ministro británico Tony Blair (1997-2007) publicó ayer sus memorias, A Journey (Un viaje), en las que dedica buena parte a abordar la guerra de Irak. En relación a la campaña para que la ONU apoyase la operación -que se lanzó en marzo de 2003 sin el respaldo del organismo internacional-, Blair menciona al entonces Presidente Ricardo Lagos, cuando Chile era parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Tanto Chile como México se negaban a apoyar una resolución que diese una marco legal a la invasión a Irak, gobernado por Saddam Hussein. "Ricardo Lagos, el Presidente de Chile, era un aliado, un hombre realmente inteligente y sensible, un político progresista, pero con un coraje para hacer cosas duras. El y el Presidente Fox, de México, estaban en posiciones agudamente incómodas: grandes aliados de EE.UU., pero con su opinión pública en forma aplastante en contra de la guerra", explica Blair en la página 431 de sus memorias. Sostiene que Lagos le aclaró al entonces jefe de gobierno británico "que si había una oposición férrea de Francia, sería muy difícil participar en lo que sería un voto simbólico (en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas), incapaz de superar el veto, más allá del de Rusia, de Francia".
En vista de la negativa de Francia de respaldar los planes de guerra contra Saddam, "Ricardo Lagos entonces explicó que, en este caso, él no podría realmente participar en un acertijo sin solución en el Consejo de Seguridad. La vía por la ONU había sido bloqueada". Así, Blair recordó conversaciones entre ambos gobernantes, incluida aquella en la que Lagos se bajó del auto en pleno Desierto de Atacama para responder a través de un teléfono satelital a la llamada de su par británico.
En el libro, Blair dice que "nunca hubiese adivinado la pesadilla que se desató" con la guerra en Irak, pero que no se arrepiente del envío de tropas. "Lamento las vidas truncadas, siento pena por las familias cuyas pérdidas se han visto agravadas por la controversia", afirmo sobre la guerra.
A Journey es también una furiosa embestida contra su sucesor y ex primer ministro, Gordon Brown, a quien culpa de la derrota laborista. En su opinión, quien fuera su ministro de Hacienda tenía "Inteligencia analítica, totalmente. Inteligencia emocional, cero".
Blair también revela que problemas en el gobierno y las responsabilidades de la guerra lo llevaron a consumir más alcohol del que consideraba aconsejable. Dice que bebía gin y whisky en las noches y la cenas las acompañaba con varias copas de vino.b








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