Bob Bowman: "El nivel de Phelps no es 10, pero sí de 8 ó 9"

<P>El coach del múltiple medallista en 2008 analiza al de Baltimore.</P>




Los entrenadores suelen volverse inflexibles y los nadadores antojadizos. La deriva de la relación conduce a la ruptura, salvo en casos extraños. Michael Phelps (Baltimore, 1985), quien aspira a ser el hombre que más medallas olímpicas conquista en la historia (suma 14 de oro y dos de bronce), es el más raro. Su coach, Bob Bowman (Columbia, 1964), ocupa el puesto reservado al padre. Juntos han forjado una convivencia que va para 17 años. La epopeya tiene lugar y fecha límite: el centro acuático de Londres, la semana que viene.

¿Cómo ha sido la preparación de Phelps respecto de Sydney, Atenas o Beijing?

Han sido los más difíciles, los que me han supuesto un desafío más grande. Ya no es un niño. Ahora tiene muchas obligaciones. Su posición es distinta. No ha estructurado su vida alrededor de los Juegos como otras veces. En más de una ocasión he pensado que no llegaría a los de Londres.

¿Cuál será su nivel?

En la escala del 1 al 10, si en Beijing estuvo de 10, en Londres estará entre el 8 y el 9.

Entre 2009 y 2011, Phelps dejó de tomarse el entrenamiento en serio. ¿Cuándo volvió a hacerlo a conciencia?

En los últimos 16 meses ha sido muy consistente. Se ha entrenado normalmente.

¿En qué momento supo que acudiría a Londres?

En marzo de 2009 me telefoneó y me lo dijo: "Quiero nadar en los Juegos de Londres".

¿Cuál es el mayor cambio que ha sufrido Phelps?

Ahora puede nadar sus carreras de varios modos, en vez de hacerlo siempre igual. Cuando era más joven, su ritmo era siempre el mismo. Ahora puede cambiarlo según las circunstancias. Por ejemplo, cuando comenzó con los 200 metros mariposa, en Sydney, salía muy lento y terminaba muy fuerte. Se quedaba demasiado atrás y, pasada la mitad de la prueba, no le daba tiempo a regresar. En 2001, en los mundiales, fue el primero en tocar la pared de los 50 metros y se mantuvo al frente hasta el final. Ahora puede hacerlo de las dos formas: ir controlando o ser más agresivo. Una de las mayores dificultades es acelerar al máximo en la primera parte de la prueba y conservar energía para regresar.

Se propone nadar siete pruebas, hasta 18 carreras. ¿Hasta qué punto su edad es un hándicap?

Estamos trazando una nueva ruta, porque nadie ha acometido estos programas con 27 años. Tengo confianza. Hemos hecho una buena preparación. Creo que su actitud es buena y tengo la impresión de que hará un buen trabajo. Pero la recuperación entre una carrera y otra será más complicada que en Beijing. El se ha entrenado para gestionar el cansancio, pero con 27 años el organismo no proporciona la frescura que con 24.

Ryan Lochte, su primer rival en los 200 y los 400 metros estilos, con 28 años, pisa el mismo terreno. ¿Cuál es el protocolo del equipo estadounidense para la recuperación?

Si nadas dos carreras en una misma tarde, lo primero al salir del agua es tomar una bebida con proteínas, carbohidratos y sales. Luego te extraen sangre para leer los niveles exactos después de la prueba. Finalmente, te metes en la piscina de calentamiento para hacer natación de recuperación, hasta que el lactato de la sangre haya bajado del umbral de lectura. Después comes algo más sustancial, como barritas energéticas o una pieza de fruta. Entonces estás preparado para competir de nuevo. Una vez acabada la sesión, de mañana o tarde, se toman baños de hielo. Después, un masaje.

Phelps cumplió su gran objetivo en 2008. ¿Cuáles son sus metas ahora?

Su mentalización no ha cambiado. Se ha propuesto cumplir objetivos muy específicos para cada una de las pruebas. Pero el principal, algo en lo que ha trabajado desde hace tiempo, es elevar el perfil de la natación como deporte. Estos Juegos supondrán un papel importante para esto último.

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