Boric y los herederos de la Surda
<P>Los orígenes y postulados del movimiento universitario al que pertenece el nuevo presidente de la Fech. Sus inicios como colectivo y sus desafíos frente a la Confech.</P>
Eran cerca de las 3 de la madrugada del miércoles 7 de diciembre y ya quedaban pocos minutos para que se supiera quién había ganado la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech). El candidato "autonomista" Gabriel Boric (25), quien montó su centro de operaciones en la Facultad de Arquitectura, recibía constantes llamadas de sus colaboradores, que le informaban sobre el conteo de votos en las distintas sedes del plantel.
A su alrededor, en medio de los computadores donde ingresaban las cifras, llamaba la atención un grupo de asesores de entre 29 y 46 años, quienes conversaban con él minuto a minuto. Ellos habían apoyado a Boric durante todo el proceso eleccionario, realizando coaching para preparar los debates y definiendo algunas ideas para sus discursos. Y fue también con ellos con quien el egresado de Derecho celebró entre abrazos y gritos el llamado de uno de los integrantes del Tricel que le informó que su lista, "Creando Izquierda", había vencido a la de Camila Vallejo, propinando una dura derrota a la militante comunista, vocera y principal líder del movimiento estudiantil del 2011.
Estos colaboradores eran, entre otros, Carlos Ruiz (46), Giorgio Boccardo (29) y Víctor Orellana (29), tres profesores de sociología de la Chile. Todos antiguos militantes de la "Surda", un movimiento universitario de izquierda que tuvo su época de oro en los inicios del 2000 y desde el cual se originó buena parte de lo que hoy se conoce como "Izquierda Autónoma", el colectivo universitario al que pertenece Boric, quien asumirá la presidencia el 19 de diciembre. Los tres, además, pertenecen al Centro de Investigación en Estructura Social (Cies), que también integran Manuel Antonio Garretón y Alberto Mayol (quien ha asesorado a los dirigentes duros de la Confech desde la Fundación Terram).
La Surda nació en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, a mediados de los 90, de la mano de la revista del mismo nombre que hace referencia a la "izquierda del sur", fundada por ex militantes del MIR y del PC de los 80. Entre sus definiciones estaban ser un movimiento alternativo de izquierda, con arraigo en el mundo social, lo que, a su juicio, había sido olvidado y abandonado por la izquierda tradicional. También le criticaban al PC su opción de integrarse al sistema político electoral.
El mundo universitario fue el ámbito donde lograron mayor presencia a comienzos del 2000. En esa época integraban nueve federaciones regionales, lo que les dio gran presencia en la Confech de esos años. Quienes participaban del grupo aseguran que también trataron de abrirse espacios políticos más allá del mundo estudiantil, apostando por unirse a sindicatos y a movimientos como el que apoyaba la toma de Peñalolén. Esta etapa es calificada como la más exitosa. En esa fecha integraron a sus filas al dirigente de la toma Alexis Parada, vocero y negociador oficial de los pobladores, e iniciaron un período de 10 años en la Federación de la Universidad Austral. Desde el punto de vista teórico, los surdos apuntaban al pensamiento desarrollado por Antonio Gramsci y Antonio Negri. Los mismos autores que hoy leen los "ultras" de la Confech y el propio Boric.
Carlos Ruiz cuenta que la apuesta era grande y que, incluso, realizaron viajes al extranjero: "Viajamos a Chiapas, Brasil, Bolivia y Venezuela. Vimos los pro y los contra de cada movimiento de izquierda internacional", agrega el ex mirista.
Ruiz posee un estrecho vínculo con la escritora chilena que asesora al gobierno de Hugo Chávez, Marta Harnecker. La obra de Harnecker sobre el marxismo fue un importante referente para la Surda, que solía reunirse con ella cada vez que visitaba Chile.
Harnecker alcanzó fama en los 70 por su libro Conceptos elementales del materialismo histórico, texto obligado para la izquierda revolucionaria de aquellos años. También es conocida por haberle hecho clases de marxismo a Michelle Bachelet, Sebastián Edwards y Ricardo Solari. La escritora se casó en el exilio con Manuel "Barba Roja" Piñeiro, uno de los más importantes asesores de Fidel Castro y tras su muerte, se fue a Venezuela.
El interés por la política venezolana llevó a Boric a viajar a ese país en febrero pasado. Según sus cercanos, fue un viaje privado, que él se financió. El domingo pasado, dijo en Tolerancia Cero que "el venezolano es un proceso interesante, pero que está viciado por un personalismo exacerbado", a la vez que resaltó los cambios estructurales que se están desarrollando.
De la mano de la exposición mediática llegó la presión por las decisiones más estratégicas. "Algunos comenzaron a plantear la vía electoral como una opción y otros estábamos contra eso, lo que provocó que la mayoría de nuestros militantes se dispersara en distintos grupos", recuerda Ruiz.
Desde ese año en adelante, pese a que siguieron obteniendo representación en cada elección de la Fech y otras universidades, fueron perdiendo su hegemonía, hasta transformarse en un grupo más de la izquierda universitaria.
En las mismas aulas de la Universidad de Chile y aprovechando parte del camino que algunos habían recorrido con la Surda, varios grupos que se denominaban como "autonomistas" (de izquierda y sin militancia política) comenzaron a articular un colectivo el 2002. Al comienzo eran pequeños grupos en las diferentes facultades, que en cada elección hacían alianzas con otros colectivos para ganar los centros de alumnos. Con el tiempo, éstos fueron aglutinándose hasta formar, a finales de 2008, el movimiento "Izquierda Autónoma", que llevó a Boric a presidir la Fech.
"Nos fuimos conectando con otras generaciones, como la del "mochilazo" (protesta de secundarios por el pase escolar en 2001) y la de los pingüinos (2006)", afirma Ursula Schuler, miembro del movimiento.
Según Orellana, frente a la dispersión del apoyo a la Surda, "nos sentimos identificados con el proyecto de los 'autonomistas' y decidimos apoyarlos y trabajar con ellos".
El 2005 fue la primera vez que los "autonomistas" y la Surda llegaron a la mesa directiva de la Fech. Esa vez, el estudiante y actual profesor de sociología Víctor Orellana, resultó electo como secretario general. Al año siguiente, fue el turno de Boccardo -también ex alumno y profesor-, quien asumió la secretaría de comunicaciones en la federación que era presidida por Nicolás Grau, hijo de la entonces ministra secretaria general de la Presidencia de Bachelet, Paulina Veloso.
El 2007 fue la primera elección en que la Surda llegó a la presidencia de la Fech, con Boccardo a la cabeza y gracias al apoyo de varios colectivos "autonomistas". Ese año, Boccardo viajó a Bolivia, invitado por el Movimiento al Socialismo (MAS), agrupación del gobernante Evo Morales.
Pero su gestión fue mal evaluada. "Fue muy poco empático y no pudo generar buena sintonía con los otros independientes de izquierda. Su trabajo quedó marcado por la falta de movilizaciones de carácter social", recuerda un participante de la dirigencia estudiantil de esos años.
Para el 2008 y 2009, el movimiento pagó el precio de esa gestión y la Surda casi desaparece. En paralelo, los "autonomistas" siguieron creciendo y alcanzaron gran presencia al interior del plantel, transformándose en los herederos naturales del movimiento surdo.
Ese mismo año, el centro de alumnos de Derecho, liderado por uno de los grupos "autonomistas" más grandes del momento -"Izquierda Autónoma"-, logró gran relevancia pública al tomarse su facultad por 43 días y exigir la salida del decano Roberto Nahum. El centro de alumnos era liderado por un alumno de quinto año y oriundo de Punta Arenas: Gabriel Boric.
La ocupación terminó el 11 de junio, tras la renuncia de Nahum (quien recuperó el cargo el año pasado).
Para el 2010, los "autonomistas" lograron la secretaría de comunicaciones de la Fech y para la gestión 2011, la vicepresidencia, como la segunda lista más votada, con apenas 79 votos menos que la de Camila Vallejo. El candidato era Francisco Figueroa, egresado de Periodismo, quien asumió el segundo lugar en la línea de mando de la Fech. Desde esta posición, criticó internamente a la presidenta, por sus acercamientos a la Concertación, pero ayudó a las relaciones entre la Fech y los sectores más duros de la Confech.
Además de Santiago, el movimiento tiene presencia de base en Iquique, Valparaíso, Valdivia y Punta Arenas.
Boric es el primer "autonomista" en llegar al cargo, y sus planteamientos son muy similares a los de la Surda de los 90. Dice rechazar el establishment político y critica duramente a la izquierda partidista. "Nuestro gran objetivo es poder articular a los sectores sociales olvidados por la política y la izquierda tradicional", señala. También resalta que son un "proyecto en desarrollo".
La relación con Ruiz, Orellana y Boccardo -los ex surdos que lo apoyan- está focalizada en la parte estratégica de sus actividades. Con ellos discute y analiza la realidad en lo que denominan "conversatorios". Ruiz también aparece en el video de su campaña junto a Jorge Pavez y Luis Mariano Rendón.
Con Orellana y Boccardo, Boric realizó los "simulacros de sala" para la campaña: ensayos de su discurso frente a los alumnos.
Entre sus detractores, los principales cuestionamientos hacia el movimiento son por su poca madurez.
Uno de los más críticos es el historiador y profesor de Derecho Alfredo Jocelyn-Holt, quien fue un férreo defensor de Nahum en la toma de la facultad. "Los autonomistas son un grupo bastante sui géneris, con el que uno se queda colgado porque no tienen una definición ideológica clara. Son un grupo fundamentalmente de choque y acción, un movimiento", asegura el académico. Agrega que, históricamente, "se parecen mucho al Mapu y al MIR", pero no tienen una definición ideológica tan marcada como ellos. "Aquí la gran pregunta es ¿quién está detrás?", agrega.
Karol Cariola, secretaria general de las JJ. CC., destaca la prolijidad en la formación de los autonomistas, pero los define como "un grupo más bien elitizado y pequeño que aún no tiene mayor trascendencia". Además, apunta a las diferencias que hay entre ellos y el PC: "Nosotros creemos en el partido como herramienta para construir y tenemos una estructura nacional que nos permite desarrollarnos no sólo en lo universitario, como lo han hecho ellos hasta ahora".
Desde la Confech, aseguran que el gran desafío de Boric será definir su rol en la confederación universitaria y crear alianzas -con los "ultra" o la JJ. CC.- para incidir en el movimiento estudiantil a nivel nacional. "Eso demostrará su real capacidad política y de proyección", señala uno de los líderes del sector más duro.
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