Brandon Flowers: la rigurosa vida de la figura que marca el debut de Lollapalooza
<P>Patriota, devoto de la fe mormona y de gran apego familiar, el cantante de The Killers se ha configurado como un rockstar atípico.</P>
Es una caricatura, pero ilustra de manera categórica el contrapeso al interior del conjunto: Brandon Flowers es The Killers. El resto de sus compañeros puede perpetuarse sin problemas bajo su sombra. Lo que asoma inaplicable en otros grupos cruzados por la huella de líderes omnipotentes -desde U2 a Blur, bandas cuyo balance lo han marcado guitarristas de similar peso escénico y creativo-, en el conjunto oriundo de Las Vegas es ley.
Así lo comprobaron las más de 1.500 personas que el pasado jueves repletaron el teatro La Cúpula del Parque O'Higgins, en la presentación previa del cuarteto en Santiago y que mostró al cantante como una figura que brilla por cuenta propia. Así, además, lo verán esta noche las cerca de 50 mil personas que arribarán al festival Lollapalooza Chile que se hará en Parque O'Higgins, cuya primera jornada contempla a The Killers como su plato estelar y a Flowers como el frontman más vistoso.
Pero si en escena su carisma arrollador se mezcla con un look estudiado por varios días frente al espejo, una facha trenzada para la fiesta y una puesta en escena que remite al neón de la ciudad del pecado, bajo las luces, Flowers se ha encargado de arrastrar una vida marcada por la fe cristiana y el rigor familiar. Un ídolo americano bajo coordenadas atípicas.
Con 29 años -lo que lo sitúa como el más joven de su banda y el menor de cinco hermanos-, el músico ingresó a los cinco en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, entidad que agrupa al credo mormón. "Ahí conocí la fe", dijo en una reveladora entrevista del año pasado al periódico inglés The Sun. "Es algo que he ido fortaleciendo", remató. Su bautizo en los dogmas cristianos lo explica el fervoroso carácter creyente de sus padres, pero también un suceso puntual: Terry Flowers, su progenitor, era el dueño de una tienda de abarrotes que batalló contra el alcoholismo durante gran parte de los 80. Para olfatear un exorcismo, decidió entrar a la iglesia mormona y arrastrar a todo su clan al evangelio. Jean Flowers, su madre y quien se desempeñaba en el mismo restaurante donde después trabajó el vocalista, aceptó de inmediato. Hasta decidieron mudarse a Nephi, una pequeña localidad de Utah marcada por la fe mormona.
Ahí, Flowers configuró una personalidad hermética y, durante años, avizoró un futuro como celebridad del golf. "Era lo que me gustaba. No deseaba vestir de negro y asemejarme a una estrella de rock", puntualizó en 2009 a The guardian. Hasta que, cuando cumplió 12 años, volvió a Las Vegas para vivir con una tía. Fue la decisión que impulsó el giro clave de su biografía: comenzar una existencia sin la mirada de sus padres y que -luego de escuchar a David Bowie- puso a la música como meta final.
Pese a ello, el estrellato no lo hizo sepultar su presencia genética. Desde que el disco debut Hot fuss, de 2004, los puso en la primera línea del rock y el pop planetario, Flowers intentó incluir a sus padres en varias giras. Hasta que, como una suerte de paradoja, ellos mismos le impidieron seguir una: en 2010, la agrupación decidió cancelar un tour por Asia ante la muerte por cáncer cerebral de su madre. Hasta brotaron los rumores de un cisma definitivo del conjunto. "Para mí, lo más importante es mi familia", dijo el frontman al mismo The Sun, sobre el proceso que lo llevó a lanzar su primer título solista, Flamingo (2010), y que abrió la pausa en The Killers que precisamente culminó con el show del jueves en Santiago. Además, está casado desde 2005 con Tana Mundkowsky, con quien contrajo matrimonio en una discreta ceremonia en Hawai, y tienen tres hijos.
Pero no sólo el apego familiar ha cruzado su destino: el músico también se ha definido como un patriota recalcitrante, ha llamado a ciertas bandas a bajar el tono de sus críticas al gobierno de su país ("no quiero ser un idiota americano", dijo en alusión a American idiot, de Green Day) y hasta se ha mostrado dispuesto a cobijar armas en su casa. Eso sí, cuando le preguntaron por una posible adherencia a Bush, decidió declarar que no tenía militancia política. En Chile, Flowers está sin su familia y ha dividido su agenda entre el hotel W y un paseo que hizo ayer por el Cajón del Maipo.
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