Buenos Muchachos 25 años después
<P><span style="text-transform:uppercase">[efemeride]</span> La cinta de Martin Scorsese cumple un cuarto de siglo. La productora ejecutiva y cercana colaboradora entrega detalles, mientras su documentalista desclasifica historias. </P>
Antes de que terminara la película, la gente salía molesta de la sala. No soportaban el nivel de violencia que veían en pantalla y preferían no seguir viéndola. Según recuerda la productora Barbara De Fina, así fue la primera reacción que tuvieron las personas que vieron los primeros cortes de Buenos Muchachos. "No le fue nada bien en las pruebas con público. Estaban muy decepcionadas y alegaban al respecto. Los irritaba y esa reacción nos sorprendió", dice al teléfono desde Nueva York y luego explica: "Hay que recordar que esto fue hace 25 años y que las películas no eran tan violentas".
El pasado día 21, la película dirigida por Martin Scorsese cumplió 25 años desde su debut en EE.UU. y hasta hoy es considerada un clásico del género criminal. Una cinta que narra la historia real de Henry Hill (Ray Liotta), un hombre que siempre soñó con convertirse en un gángster y cómo aquella pretensión va cambiando su vida al involucrarse con personajes poderosos y temidos, encarnados por actores como Robert de Niro, Joe Pesci y Paul Sorvino.
El filme está basado en el libro Wiseguy de Nicholas Pileggi, que cuenta la historia real de Hill y compañía. Esta biografía fue adaptada por Pileggi y Scorsese para la pantalla grande, trabajo por el que fueron nominados al Oscar por Mejor guión adaptado.
De Fina cuenta que el ambiente en el set era muy distinto a lo que se veía en pantalla. "Hay mucha violencia en la película, pero hubo muchos momentos relajados mientras rodábamos. Se vivía un ambiente amistoso y de buen trato. Fue una experiencia muy agradable para mí, especialmente después de rodar La última tentación de Cristo, fue un regreso a la normalidad".
De Fina aclara que la característica voz en off que narra la historia de Hill en sus propias palabras es algo que ya estaba presente en el libro de Pileggi, mientras que el productor de Getting made: The making of GoodFellas (2004), Stephen Altobello, cuenta que ese audio se grabó al final del rodaje, cuando Ray Liotta, Scorsese y un sonidista entraron a una habitación e hicieron todo el registro en un día o un poco más, muy diferente al escenario que él imaginaba antes de hacer el documental. "Dado lo importante que es esta voz en off, siempre pensé que se había escrito una y otra vez", comenta.
"Liotta me contó que Scorsese le dijo que lo mirara y empezara a hablar como si estuviera conversando con un amigo. Scorsese sabía exactamente lo que quería y Liotta estaba tan metido en la cabeza del personaje, que hacerlo fue fácil. Siempre he pensado que esa voz en off es uno de los legados más importantes de la cinta". Y no está equivocado, pues Buenos muchachos se ha convertido en una referencia en este aspecto. Tanto así, que, a modo de ejemplo más reciente, cuando se hablaba de este tipo de narración en off en la serie Narcos, de NETFLIX, se recordaba su uso en esta película. Para De Fina esto tiene sentido: "Mucha gente, cuando piensa en la película, piensa en la narración".
Otro elemento importante de la película es la actuación de Joe Pesci, que le valió un Oscar a Mejor actor de reparto por su interpretación del desquiciado Tommy DeVito. Pesci no sólo le dio su sello a este violento y amoral gángster, sino que terminó modificando sus diálogos al improvisar constantemente.
Según recuerda Altobello, para registrar cada momento de este trabajo creativo fuera del guión, Scorsese terminó rodando escenas con dos cámaras: una grabando a Pesci y otra a Liotta. "De esa manera era más fácil editar alrededor de esta improvisación, algo que se convirtió en un punto clave del estilo de la película", explica el productor, quien revela que el estudio tras la cinta no le permitió agregar en el documental lo que Pileggi dijo sobre el actor por temor a tener problemas con las rígidas reglas del sindicato de guionistas, en cuanto a quiénes pueden desarrollar ese trabajo. De todos modos, como aún guarda las transcripciones, Altobello compartió la cita de Pileggi: "Joe Pesci cuenta una historia, eso de '¿Te parezco gracioso?' Yo no escribí eso. Marty (Scorsese) y yo no escribimos eso. Joe lo inventó. ¿Sabes? ¡Creo que nos consiguió una nominación al Oscar con esa sola línea!".
En el momento del rodaje, De Fina y Scorsese estaban casados, pero ella recuerda que ninguno de los dos tenía problemas en separar su vida privada de su trabajo en el set. "Yo jamás me metí en la dirección y él tampoco en la producción. Mi trabajo era asegurarme de que él tuviera todo lo que necesitara y creo que si eso ocurría, no había razón para tener conflictos. Era un trabajo de compañerismo". Y esta fórmula les dio resultado incluso tras su divorcio: han seguido trabajando juntos. "Al final, esta fue una película bastante simple de rodar", remata De Fina.








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