Burundi encabeza ranking de países más corruptos de Africa Oriental
<P>Según Transparencia Internacional, un 36% reconoció haber tenido que pagar sobornos para realizar algún trámite, superando a Kenia, donde el porcentaje llegó a un 31%.</P>
Sólo cuatro líneas áreas llegan al aeropuerto de Bujumbura. Pero todas hacen escalas de una hora y jamás dejan el avión durante la noche. "Las compañías tienen miedo de que les pase algo, por eso prefieren seguir viaje", dice un funcionario de Naciones Unidas en Burundi. Y razones tienen para el temor. No sólo el aeropuerto carece de mínimas medidas de seguridad sino que, además, desconfían del personal de la terminal aérea. Después de todo, según el último informe de Transparencia Internacional (TI), ese país alcanzó el tope de la tabla de los países más corruptos del este de Africa, superando a Kenia y Uganda, y ocupa el quinto lugar, entre todas las naciones del continente. En el índice mundial de percepción de corrupción, además, aparece 168 entre 180 países.
El país que está saliendo de una guerra civil de más de 10 años, que dejó cerca de 200 mil muertos, carece aún de instituciones sólidas y está recién creando una estructura administrativa, según reconoce a La Tercera el representante de la ONU, Charles Petrie, la autoridad más influyentes del país detrás del Presidente Pierre Nkurunziza. Las normas son aún débiles, como se aprecia, por ejemplo, en el comercio automotriz, que ha crecido aceleradamente en los últimos años. Pese a que el sentido del tránsito es a la izquierda, en el país es posible encontrar vehículos con la dirección a uno u otro lado. "En el mercado negro se venden autos con la dirección a la derecha que traen desde los países del Golfo Pérsico, porque son mucho más baratos", cuenta un funcionario de una ONG en Bujumbura.
Al recorrer el país es habitual enfrentar controles policiales sin justificación, donde los agentes demoran en autorizar al vehículo a continuar a la espera de recibir dinero. "Es normal cuando ven un blanco en el auto", dice el chofer, mientras los policías dan confusas explicaciones para no dejar pasar al vehículo. De acuerdo con el estudio de Transparencia Internacional (TI), un 36% de los consultados reconoció haber tenido que pagar coimas para realizar algún trámite, superando a Kenia, que bajó al segundo lugar con un 31%. En el último estudio, el porcentaje en ese país era de un 45%, lo que revela, según TI, un fuerte avance en el combate contra la corrupción en Kenia.
Economía básica
La precariedad es el término que mejor define la situación de Burundi. No sólo es uno de los países con menor nivel de desarrollo humano del mundo, según Naciones Unidas (174 entre 182 países), sino que, además, su sistema económico es básico. El 90% de la población vive de la agricultura, aunque no existen redes de comercialización de productos y la mayoría de lo que cada familia produce, lo consume. "El país aún es agrícola, no hay vida de ciudad y es necesario desarrollar una cultura urbana", dice el jefe de la oficina de la ONU. Así, encontrar un semáforo es una labor imposible en el país, y la capital -de 300 mil habitantes- aún carece de un buen sistema de alcantarillado y las aguas servidas corren por canaletas abiertas, que son una seria amenaza para la salud pública, especialmente en temporada de lluvias.
La división entre hutus (la etnia mayoritaria) y tutsis (que durante años concentraron el poder) sigue latente y todos evitan hablar del tema. Para el representante de Naciones Unidas, el país está progresando lentamente, aunque reconoce avances. "Comparado con cómo estaba hace cinco años, ha avanzando mucho", dice. Sin embargo, un representante de una empresa europea en Bujumbura admitió a La Tercera que realizar inversiones en el país es difícil y que siempre es necesario considerar el pago de un porcentaje de forma ilegal al funcionario que gestiona el negocio. A ello se suma el férreo control que, según un representate de una ONG en el país, está creando el presidente con su poderosa policía política. "Es verdad que la gente está cansada de la guerra, pero aún se mantiene el riesgo de nuevos estallidos de violencia", asegura.
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