Buscarán a los culpables del mayor fraude científico de la historia
<P>A un siglo del hallazgo del hombre de Piltdown, expertos analizarán los restos con pruebas de ADN.</P>
En 1912, en una cantera del pueblo de Piltdown, en Inglaterra, un obrero se topó con un trozo de cráneo que terminó en manos del abogado y arqueólogo aficionado Charles Dawson, dando origen al mayor fraude científico de la historia. Un siglo después, 15 expertos del Museo de Historia Natural de Gran Bretaña y especialistas de varias universidades intentarán develar una estafa que sigue sin culpables.
El engaño comenzó a fraguarse cuando Dawson, después de recibir el fósil, regresó al sitio del hallazgo y encontró un diente y una mandíbula. Con esos restos y la ayuda del paleontólogo del Museo Británico de Historia Natural, Smith Woodward, el 18 de diciembre de 1912 Dawson presentó ante la Sociedad Geológica de Londres lo que la ciencia había buscado por décadas: el eslabón perdido, un fósil que probara la evolución humana.
Bautizado Eoanthropus dawsoni, en honor a su descubridor, tuvieron que pasar 45 años para que científicos concluyeran, en 1953, que se trataba del más grande fraude científico y que retrasó en 25 años la investigación de la evolución humana. El cráneo resultó ser un homo sapiens de sólo 50 mil años de antigüedad (y no de cerca de un millón de años, como esgrimió Dawson), la mandíbula era de un orangután, y el diente, de un perro.
Aunque todas las sospechas recaen en Dawson, hasta hoy nadie ha podido probarlo. La lista de sospechosos incluye a Woodward, quien lo ayudó en las excavaciones, Martin Hinton, subordinado de Woodward, y el jesuita Pierre Teilhard de Chardin, quien halló el diente. Incluso, el escritor Arthur Conan Doyle estuvo implicado al colaborar con Dawson.
"Someteremos los materiales a una batería de análisis científicos de vanguardia. Estos estudios permitirán una comprensión más detallada del fraude, sacando a la luz las herramientas y los métodos usados hace 100 años para crear al hombre de Piltdown. Por supuesto que esta nueva evidencia también puede arrojar luz sobre la persona o personas responsables del fraude", dice a La Tercera, Matt Pope, arqueólogo de la U. de California (EE.UU.). "Muchas preguntas sobre el caso aún están en la nebulosa", concluye Pope.
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