Cámaras y prevención del delito
Son muchos los programas y tecnologías que se pueden utilizar con el fin de prevenir y controlar la delincuencia. Cuando se interviene el espacio físico en el que ocurren los delitos, se habla de "prevención situacional" y su principal objetivo es reducir las oportunidades que el lugar entrega a un delincuente, haciendo que le sea más difícil o menos cómodo cometer un delito. Por ejemplo, se sabe que la oscuridad brinda un entorno privilegiado para atacar a una víctima o cometer un robo, por lo que la instalación de luminarias y focos que se orienten a las veredas y no a las calles ha demostrado ser una medida efectiva de prevención.
Las cámaras de seguridad se instalan en plazas, parques, estacionamientos y lugares públicos con el fin de disminuir la victimización y aumentar la percepción de seguridad de las personas. Cuando esta medida parece haberse consolidado como práctica en nuestro país -sólo el próximo año se instalarán cerca de 300 cámaras de televigilancia y 14 estaciones de monitoreo- cabe reflexionar respecto de su efectividad y evaluación como herramientas de prevención de la delincuencia.
Aunque en Chile no existen evaluaciones de impacto, otros países como Inglaterra y Estados Unidos han estudiado los efectos de las cámaras. Estudios conducidos por el Home Office en Reino Unido -país que destinó en 2001 más del 70% de su presupuesto para prevención del delito a este ítem- han concluido que tras la instalación de las cámaras en un lugar determinado, se reducía la victimización por robos, robos de vehículos y hurtos en cerca del 27%.
Asimismo, las personas declaraban percibir el lugar como un espacio más seguro, lo que conducía a un mayor aprovechamiento del espacio público y un mayor control social del mismo. Detectaron, además, que la instalación de cámaras de seguridad incidía más en la prevención de delitos contra la propiedad que de delitos violentos, y que en los lugares en que había alcanzado mayores efectos eran los estacionamientos públicos.
La efectividad disuasiva que tienen estas medidas se sustenta, principalmente, en el cambio de las condiciones del ambiente y el endurecimiento del blanco que estas medidas producen y, aunque hay cierta evidencia de que la instalación de dispositivos de televigilancia en un lugar puede producir un traslado de la delincuencia a otros sectores aledaños, ésta no ha sido concluyente ni tampoco significativa.
Otro efecto positivo de las cámaras de seguridad que se ha dado en Chile es la utilización de las imágenes por parte de las fiscalías como medios de prueba en juicios. Para resguardar los derechos constitucionales que se puedan ver afectados con el uso de estos dispositivos, la utilización de estas pruebas solamente puede darse si han sido solicitadas antes por un juez y si se han registrado en la vía pública.
Como todas las medidas de prevención del delito, las cámaras de seguridad tienen una mayor efectividad en determinados contextos, bajo ciertas condiciones y respecto de algunos delitos más que otros. Sin duda, la tecnología tiene un papel crucial en esta área, pero no tendrá los efectos esperados por sí sola, ya que actúa como un complemento de otras medidas, como el análisis delictual, la persecución penal estratégica y el desarrollo de programas de prevención de largo plazo respecto de las personas. De no tener esto en cuenta, las inversiones realizadas en cámaras y televigilancia sólo tendrán un efecto transitorio y marginal.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.