Cambio de nombre Aeropuerto de Santiago
Señor director:
Con preocupación he leído en la prensa el apoyo que el diputado Issa Kort da a una idea que no podría ser más equívoca: cambiar el nombre de nuestro principal aeropuerto, Comodoro Arturo Merino Benítez, por el del gran poeta Ricardo Neftalí Reyes, de seudónimo literario Pablo Neruda.
No existe razón que avale esta propuesta. El nombre que posee este aeropuerto hace justicia a la inmensa obra que, en el siglo pasado, realizara el comodoro Arturo Merino Benítez, el verdadero creador e impulsor de la institucionalidad aérea que hoy existe en Chile y que es ejemplo para el mundo.
Merino fue un hombre visionario que forjó los caminos que unieron nuestro territorio, conectando por la vía aérea a costa de grandes sacrificios, desde Arica a Magallanes. Fue el creador de la Línea Aérea Nacional en 1929 y que hoy lleva por nombre Lan. En 1928 proyectó la generación de los clubes, dictó y sentó las bases del desarrollo aeroportuario y de navegación aérea, mismos que, junto a la modernización de nuestra aviación, fueron motivo de alabanzas y reconocimiento a nivel mundial.
Creó la primera fábrica de aviones en instalaciones de Los Cerrillos, la Dirección General de Aeronáutica y el Gabinete de Fotogrametría. Producto de su visión de futuro, en 1930 creó la Fuerza Aérea Nacional, que con el correr de los años pasó a denominarse Fuerza Aérea de Chile.
Somos los primeros en estar de acuerdo en perpetuar los nombres de aquellos hombres valientes y valiosos que entregan todo lo mejor de sí en beneficio del país; gloria a Mistral, Neruda, Merino y tantos otros, pero donde corresponde.
Norberto Traub Gainsborg
Presidente Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas de Chile
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