Canal 13 estrena su nuevo reality y revive en la pantalla local a mentalista Tony Kamo
<P><I>Mundos opuestos </I>debutaba anoche, tras el último capítulo de la teleserie <I>Peleles</I>. </P>
Fue la movida que hizo Canal 13 anoche: emitir el último capítulo de su teleserie Peleles y empalmarlo con el debut de Mundos opuestos, su nuevo reality show, que estará en pantalla hasta abril. El programa, que en su primer capítulo se extendería por dos horas, mostró la conformación de dos equipos: uno denominado Eternidad, con el ex futbolista Francisco Huaiquipán como capitán, y otro llamado Infinito, liderado por el karateca David Dubó.
También se le sacó partido al reencuentro de Dominique Gallego y José Luis Bibbó, ex pareja del dating show 40 ó 20, y a mostrar las dimensiones de la nueva casa-estudio ubicada en Pirque, con dos espacios que colindan entre sí, uno futurista y otro cavernario, y que fueron asignados a los concursantes a través de una prueba de fuerza y resistencia que ganó el equipo Eternidad, logrando habitar el lugar con mayores privilegios, mientras que los perdedores tuvieron que partir a pie por un oscuro camino lleno de basura y ratas.
De los participantes conocidos, uno de los más llamativos es el mentalista español Tony Kamo, invitado habitual a los estelares en los años 90 (desde Una vez más hasta Hablemos de... y Viva el lunes, ver recuadro), pero de escasa figuración en la pantalla durante la última década. Con 47 años, es el concursante de mayor edad del programa, aunque según explica el productor ejecutivo del espacio, Sergio Nakasone, "nuestro arreglo es que viene a competir a full".
Relativamente alejado de la televisión, los últimos años de Kamo los dedicó a realizar seminarios, en los que utiliza la hipnosis y otras técnicas para ayudar a personas que quieren adelgazar o dejar de fumar, tanto en España como en Latinoamérica. Su paréntesis televisivo terminó a mediados del año pasado, cuando fue presentado como uno de los concursantes de Bailando por un sueño, el estelar argentino de Marcelo Tinelli, junto con otras celebridades que compitieron.
Fue por esos días que a Verónica Ruaro, la encargada del casting de Mundos opuestos, se le ocurrió la idea de contactar al sevillano, en quien veía a la figura "de culto" que necesitaba para incluir entre los participantes. "En mi caso, siempre me ha atraído la idea de ver en qué están las grandes luminarias de otras épocas. En Año 0, por ejemplo, fue Eduardo Cruz-Johnson, quien finalmente no pudo estar por cuestiones físicas", explica Ruaro.
Claro que el problema físico no fue un obstáculo para Kamo, quien por esos días se sometía a un duro entrenamiento para el estelar de baile. Antes de que el mentalista quedara eliminado por el voto telefónico del público transandino, el 21 de octubre y luego de más de dos meses de competencia, Nakasone y Ruaro viajaron a Buenos Aires para reunirse con él y proponerle ingresar a Mundos opuestos. "Pensamos que nos iba a decir que era imposible, pero le pareció interesante. Le mostramos el demo de Año 0 y de 1810, y quedó asombrado por el nivel de producción", cuenta Nakasone. Y agrega: "Nos comentó que había rechazado propuestas de reality en España y en Estados Unidos, pero que éste le interesó, lo que nos pone la vara muy alta. Ahí nosotros pudimos empezar a negociar".
Uno de los líderes
Luego de cumplir compromisos en Ciudad de México y Madrid, Kamo aterrizó en Santiago el sábado 7 de enero y se fue casi directo a la casona de Pirque, donde ese mismo día comenzaban las grabaciones del reality. Según cuenta Nakasone, ya en la primera semana "se convirtió en uno de los líderes de su grupo". "Es la persona más grande del reality, pero después de verlo en Bailando... nos quedó claro que tiene un muy buen estado físico, que es finalmente lo que define la competencia. La base para durar es eso", añade.
Tal como en Bailando por un sueño, donde hipnotizó a personajes como Graciela Alfano, la producción de Mundos opuestos no descarta que el mentalista haga gala de sus capacidades extrasensoriales durante los días de encierro. "Nos pareció súper divertido el hecho de tener a Tony y que hipnotice a los participantes, o que les haga comer cebolla. Creo que lo va a hacer, él por lo menos tiene esa idea. 'Yo voy acá hasta el final, y si tengo que hipnotizar, lo voy a hacer', nos dijo medio en serio, medio en broma", dice Ruaro.
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